El Sindicato Nacional de Trabajadores Civiles de la Defensa –SNTCD– alcanza, hoy 19 de septiembre, medio siglo de existencia, fecha que marca también el Día del Trabajador del sector de la única agrupación obrera (ramal) en la Isla que afilia una buena parte de los hombres y mujeres vinculados a dos ministerios: las Fuerzas Armadas Revolucionarias –FAR– y el Ministerio del Interior –MININT–.

Yasmil Rosales Moradi. Foto: Elías Argudín Sánchez

Yasmil Rosales Moradi, secretaria general del Comité Provincial del Sindicato Nacional de Trabajadores Civiles de la Defensa (NTCD), en La Habana, hace notar tal singularidad con orgullo no disimulado, y también pondera el añadido de que, aunque la defensa del país y la garantía de la tranquilidad ciudadana constituye una responsabilidad que asumen consciente y gustosamente la mayoría de los cubanos, es sobre los hombros de sus uniformados compañeros de colectivo, en quienes recae, de manera directa, tamaño empeño.

“Desde cualquier frente y en los más disímiles quehaceres se defiende la Patria, siempre y cuando las cosas se hagan bien, estamos conscientes; pero a los civiles de las FAR y el MININT, nos marca profundamente el privilegio de compartir trincheras y tareas –codo a codo- con quienes tienen la responsabilidad mayor y primera de enfrentar y combatir a pretendidos invasores y preservar el orden interior”, enfatiza Yasmil.

Yuneisi Pérez Moreno. Foto: Elías Argudín Sánchez

En opinión de Yuneisi Pérez Moreno, joven, pero experimentada secretaria general del Buró Extraterritorial de la organización en la Región Militar Habana, lo demuestra la responsabilidad y consagración con las cuales se entregan a la solución de los problemas y las necesidades que deriven de los aseguramientos, llamados a respaldar las actividades en interés de la preparación y disposición combativa, reclutamiento y movilización por parte de los comités militares, el proceso docente-eductivo en los centros de enseñanza militar, desarrollo agroalimentario, entre otras tareas.

Lo mismo contribuimos a la modernización de la técnica y el armamento que ayudamos en la reparación de un tanque, confeccionamos o lavamos cientos de nasobucos, producimos oxígeno para uso medicinal y hasta cooperamos en su distribución.  Entre los Civiles de la Defensa los hay médicos, enfermeras y enfermeros, constructores, productores agrícolas, choferes, dependientes de comercio, cocineros…, una amplia gama que abarca casi todas las profesiones y oficios, en función de la defensa, y las necesidades y exigencias de nuestros compatriotas y la nación”.     

Yasmini Díaz Pérez Foto: Elías Argudín Sánchez

Yasmini Díaz Pérez tiene ahora tiene 33 años y es cuadro profesional del Sindicato como integrante del Secretariado Provincial, encargado de asuntos económicos. Se estrenó en estos menesteres cuando apenas le empezaba a crecer el bigote. Tenía entonces 22 años y trabajaba en una TRD.

Para él ha sido una intensa década de aprendizajes: cursos, escuelas, y lo que considera lo más importante:

“La vida, con el reto que para uno significa no defraudar a quienes vieron en ti la persona llamada a representarles, defender sus interés, acompañarle en sus reclamos, pero también con la obligación de no defender lo indefendible, aunar, movilizar en función del crecimiento productivo, la eficiencia y cuanto causa noble se nos plantee, en ambos ministerios.  

“¿Aciertos?, algunos; ¿desaciertos?, también, pero sobre todo rectificación para no volver a tropezar con la misma piedra y procurar ascender; toda una escuela que me ha propiciado sumar saberes ha hecho de mí mejor ser humano, con los sabores y sinsabores que entraña la existencia misma y el enorme reto de tratar de acercarnos cada vez más al sindicato que queremos y necesitamos… Sin embargo, el saldo ha resultado positivo, y lo es tanto –por poner un ejemplo, en el orden personal- que estoy a punto de concretar uno de mis más grandes sueños: completar estudios de nivel superior”. 

Antonio Gainza Pérez. Foto: Elías Argudín Sánchez

En la capital como en el resto del país, los afiliados al SNTD se cuentan por miles. Están quienes, al igual que Antonio Gainza Pérez, segundo jefe de un almacén en la Región Militar, suman casi toda una vida dentro de las FAR, sin vestir el verdiolivo, y llegan al aniversario 50 de la organización agradecidos por formar parte de su membresía, convencidos de que “solo la jubilación o la muerte podrá romper el vínculo de abrazo.”

Otras como la funcionaria para el Trabajo Político, Tania Moreno Pérez, con desempeño en el Estado Mayor de la Región MIlitar, la larga data de afiliada al SNTCD -33 años en su caso-, le permiten afirmar que como en todas partes “entre nosotros, de cuando en cuando, aparecen malos y regulares, pero cambian o pierden el juego por abandono, y los buenos son quienes se quedan, y acaban en buenísimos”.

Tania Moreno Pérez. Foto: Elías Argudín Sánchez

Afirman otros que las organizaciones sindicales no son meras argollas sino eslabones imprescindibles, cuyo buen desempeño depende del rol que logren revestirles quienes les conducen, y en consecuencia, el arraigo, autoridad y poder de movilización que de ellas hagan emanar.  

Elia María Pérez Navarro Foto: Elías Argudín Sánchez

Ese es el caso de Elia María Pérez Navarro, Especialista Superior de Política, con 34 años de experiencia como civil de las Fuerzas Armadas, y otros muchos de desempeño en la dirigencia sindical.

“El nuestro tiene también sus debilidades: Estamos obligados perfeccionar las estructura y la actividad sindical en la base, allí donde se empapan de sudor camisas y blusas; a no demorar ni olvidar el aplauso a quien se mete en zona roja y arriesga su salud o la vida por salvar la de otros compatriotas, digamos,  pero tampoco nos puede temblar la mano a la hora de enfrentar a quienes, por malas actitudes e inapropiado comportamiento, merecen la crítica de los afiliados.

Yasmín acota una aclaración: “Sin embargo, justo es reconocerlo, pesan mucho más las fortalezas. A los civiles de la defensa les caracteriza la disciplina, incondicionalidad, el rigor y organización, cuando de asumir una tarea se trata.

“Nuestros colectivos dejan palpar un ambiente saludable de unidad, y nuestros afiliados, el sentimiento de sentirse combatientes, aun cuando no les toque vestir el uniforme”.

La jornada de conmemorativa, en ocasión de la efemérides, que arrancó a inicios de semana y se extenderá hasta diciembre, incluye el tributo a Emilio Bárcenas -mártir insignia del SNTD que fuera combatiente del II Frente Oriental Frank País-, y la entrega, por única vez, de la condecoración 50 Aniversario, que en la capital ascienden 505 los acreedores, en el orden individual y colectivo.