Desde el anochecer de este viernes, los vientos sostenidos del huracán Ida sobre La Habana advertían las consecuencias de sus impactos sobre instalaciones más sensibles a resultar afectadas. La posibilidad de penetraciones del mar en la zona costera encontró, esta vez, la prevención realizada para limpiar los canales de desagües y alcantarillados. 

Sin embargo, la mayor preocupación: la vida de las personas.

A partir de la declaración de la fase de Alarma Ciclónica, el Consejo de Defensa Provincial de La Habana, activado desde el viernes, orientó este sábado pasar a la recuperación de los daños provocados por Ida, con énfasis en la continuidad de las labores que se vienen realizando en 62 barrios habaneros como parte de la estrategia de rehabilitación de viviendas, continuidad de las labores para garantizar el abastecimiento de agua potable por redes, sistemas eléctricos, instalaciones de servicios, de recreación, entre otras de beneficio social.

Desde temprano los integrantes de los consejos de defensa municipales evalúan las posibles afectaciones, que hasta el momento no han pasado de caída de ramas de árboles y algún cableado eléctrico.

Con el retorno a la normalidad se restaura el servicio de transportación pública y el regreso a sus hogares de quienes fueron trasladados por seguridad.

La ciudad se muestra hermosa aún bajo la opacidad de la lluvia dejada por la tormenta. La Habana bendecida por residentes y visitantes. La ciudad que guarda las esperanzas de millones, los barrios que recorre el Presidente de la República, para compartir y acompañar en la titánica responsabilidad de resistir y enfrentar designios de la naturaleza o agresiones por quienes no resisten que la estrella solitaria ondee soberana, solidaria y de hermana por el mundo.

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