La Empresa Diseño Ciudad Habana (DCH) acaba de recibir el certificado que la acredita como colectivo Vanguardia Nacional, del Sindicato de Trabajadores de la Construcción, en virtud de los resultados a lo largo del pasado año.
Y si bien esa es una noticia halagüeña y alentadora, fruto de innegables y meritorias realizaciones cuando otros se vieron obligados a replegarse y disminuir ritmos, a expensas de los riesgos y amenazas que representa el azote de la COVID-19, el hecho de, con este palmarés de ahora, haber logrado subir a lo más alto del podio, destinado a los campeones en la producción, por 34 ocasiones consecutivas, ratifica la estirpe de los hombres y mujeres de una entidad ejemplo por la excelencia de sus servicios, los cuales van desde la arquitectura y estudios topográficos e ingeniería hasta la consultaría, rehabilitación, administración de proyectos, elaboración de manuales de mantenimiento y explotación de edificaciones, estudios de vulnerabilidad, además de reducción de riesgos, resultado de desastres naturales y tecnológicos.
Y con su singular y brillante hacer, a lo largo de casi cuatro décadas, DCH ha roto el mito de las presuntas debilidades y cojeras de las empresas subordinadas al Poder Popular frente a aquellas pertenecientes a los Organismos de la Administración Central del Estado (OACE). Así lo resaltó Armando Díaz García, miembro del Buró Provincial del Partido, al resumir el acto de entrega del pergamino acreditativo, en una sencilla ceremonia, que tuvo lugar en la sede de la empresa, con apego a los protocolos biosanitarios a que nos obliga la COVID-19.
Díaz García trasmitió el reconocimiento de las máximas autoridades políticas y gubernamentales de la capital, resaltó los méritos que distinguen como cuadro y ser humano a la arquitecta Teresa Lluis Rojo, quien ha permanecido al frente de DCH casi por cuatro décadas, y apuntó que en un número importante de las grandes realizaciones de la ciudad, en materia de edificaciones, en los últimos tiempos, la entidad ha dejado su impronta, con una ejecutoria, hecha a la medida de exigencias y requerimientos.

Dijo también que DCH, sin hacer caso de bloqueos, limitaciones materiales y otros lastres –léase pandemias, ciclones y tornados- siempre supera planes productivos, sin poner en sacrificio la eficiencia, y siempre también logra el salto cuantitativo y cualitativo, justo lo que necesitamos y nos ha indicado nuestro Presidente.
Para hablar de compromiso y nuevas metas ambiciosas, a nombre de sus compañeros, habló el arquitecto Frank De la Rosa Figueredo, director adjunto, mientras que la miembro del Buró Provincial del SNTC hizo mención a las más importantes realizaciones productivas y sindicales que le volvieron a hacer a DCH un puesto en la vanguardia.
Dedicación y exigencia en la ejecución de los programas constructivos de la capital, ese es su mérito mayor, palpable en cientos de viviendas nuevas, locales adaptados para tales fines, rescate de los Jardines de la Tropical, Parque Ecológico Monte Barreto; aquí y acullá, lo mismo en diseños de ingeniería que de rehabilitación: salas de los hospitales Calixto García y Salvador Allende; estadios Polar y Pedro Marrero; Centro de Negocios Miramar, Edificios Focsa y Somellán, Inmobiliaria Atlantic, urbanizaciones para la erradicación de albergues, Ballet Nacional de Cuba, instalaciones de la calle Cuchillo, en el barrio Chino, y ahora mismo en lo que será el hotel y la edificación más alta de la Isla, frente a la heladería Coppelia.
César Hernández Carrazana, coordinador de programas del Gobierno de la capital; Daniel Núñez Tamayo y Avigail Pérez Llanes, integrantes de los secretariados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción (SNTC) y la CTC provincial, respectivamente, y el arquitecto Namán Morales Musalén, acudieron a la ceremonia, en la cual también fueron reconocidos un grupo de trabajadores destacados a lo largo de 2020.
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Gracias por tan magistral nota, Elias!