Los tiempos exigen que tengamos a nuestros infantes resguardados ante el rebrote que se vive en la capital en estos días y que es el más alto desde que iniciara la pandemia en nuestro país.

Las autoridades han tomado las medidas para la protección de nuestros infantes, pero es válido destacar que la primera protección está en la propia familia. No debemos confiarnos y con ello exponer a los menores ante el virus. Son los niños las personas más vulnerables e indefensas pues desconocen los peligros que trae consigo contraer la COVID-19 y su ingenuidad los hace estar más indefensos, por lo que somos los adultos los responsables de su cuidado.

Foto: Oilda Mon
Foto: Oilda Mon

He sido testigo de lactantes en coches sin protección alguna, de pequeños jugando en las calles y en ocasiones en colas con grandes concentraciones. Otros que alegan que usar el nasobuco les provoca falta de aire y se mantienen en grupo.

Contrario a actitudes como estas que he descrito, he podido ver a otros protegidos por sus padres y en las escuelas, conscientes de que esa es también una de nuestras grandes misiones en estos momentos: cuidar a nuestros infantes. Las imágenes corroboran estas actitudes.

Foto: Oilda Mon
Foto: Oilda Mon
Foto: Oilda Mon

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