El 8 de enero de 1959 tras su entrada triunfal a La Habana al frente del Ejército Rebelde, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en un discurso pronunciado ante el pueblo en la otrora fortaleza militar de Columbia expresó "Sé, además, que nunca más en nuestras vidas volveremos a presenciar una muchedumbre semejante, excepto en otra ocasión —en que estoy seguro de que se van a volver a reunir las muchedumbres—, y es el día en que muramos, porque nosotros, cuando nos tengan que llevar a la tumba, ese día, se volverá a reunir tanta gente como hoy, porque nosotros ¡jamás defraudaremos a nuestro pueblo!"
Fidel Castro Ruz, fue pensamiento y acción. Vemos las imágenes del universitario y aparece la voluntad de hierro, de carácter; hombre cabal en el más estricto sentido de la palabra. Un hombre de acción y de pensamiento, siempre dijo que el único papel que él no podía jugar era el de la cobardía, que había que tener el valor de enfrentarse y lo hizo.
Si hoy podemos hablar de unidad es porque el proceso revolucionario que Fidel encabezó vive todavía. Si podemos hablar de unidad es porque solo ella ha sostenido el brazo del pueblo cubano; aquí no han venido los enemigos, no porque no hayan querido sino porque no han podido. No se trata de sobrevivir. Se trata de triunfar.

Fidel es el revolucionario más grande de la Historia, el ejemplo más vivo del que lucha por la justicia sacrificándolo todo. El líder histórico de la Revolución Cubana encarnó el ideario martiano, el aliento político e ideológico que impulsó la lucha de liberación nacional, con basamento auténtico y propuestas concretas para propiciar transformaciones radicales en la nación.
Una generación de jóvenes audaces liderados por Fidel, logró derrotar a una de las dictaduras más sangrientas y bien armadas de América Latina.
La dictadura proimperialista de Fulgencio Batista había provocado al pueblo cubano alrededor de 20 000 muertos, caídos en combate heroico; despilfarró más de 2 000 000 000 de pesos y dejó una deuda pública de unos 1 000 000 000.
El panorama social era bastante complejo: Un millón de analfabetos, 600 000 niños sin escuela y 10 000 maestros sin empleos. En todo el país habían 95 hospitales, uno de ellos en el campo.
Fidel logró materializar las ideas del autor intelectual del Moncada, nuestro Apóstol José Martí, ... "De impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América".
El líder revolucionario desde la Sierra Maestra sabía que ese sería su "destino verdadero". En la carta que le escribió a Celia Sánchez, su abnegada compañera de lucha, el 5 de junio de 1958, dejó constancia del futuro que le deparaba como revolucionario: "Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos- Me doy cuenta que ese va a ser mi destino verdadero", afirmó en esa ocasión.
A 90 millas de las costas de Estados Unidos, Fidel tuvo que enfrentar con inteligencia a diez gobiernos de esa nación; todos, sin excepción, intentaron destruir la Revolución Cubana y emplearon las más diversas tácticas para conseguir sus propósitos.
No existe ninguna otra nación en la Historia que haya resistido durante más de 60 años las agresiones de una potencia tan poderosas como Estados Unidos, en su obsesión de reconquistar la Isla.
Casi el 80 % de la población cubana actual nació y creció después del triunfo revolucionario, con Fidel siempre al frente, lo que explica el dolor que se sintió hace cuatro años con su pérdida física. Millones de cubanos rindieron homenaje a su máximo líder y más de 7 000 000 firmaron el solemne juramento de cumplir el concepto de Revolución, como expresión de la voluntad de dar continuidad a sus ideas y al Socialismo.

¡Ahí viene Fidel!, decían muchos cuando estaban cerca el cortejo fúnebre. El pueblo lo aclamaba como si pasara de verde olivo, igual que cuando, sin avisar, aparecía en cualquier rincón del país. Fueron cinco días y cuatro noches de viaje por trece ciudades capitales y decenas de poblados y bateyes. 1 223 kilómetros recorridos desde La Habana hasta Santiago de Cuba.
Millones de cubanos a lo largo de la Carretera Central pudieron despedirlo y agradecerle desde su envoltura en cedro, cristal y la bandera cubana.Todos fueron testigos de un suceso que nunca había vivido la nación, y que tal vez jamás vuelva a suceder en Cuba.
Fidel sigue invicto y dejó una huella indeleble en el pueblo cubano, conscientes de que la Revolución es luchar con audacia, inteligencia y realismo.

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