La entrega de productos alimenticios a la población es uno de los mayores reclamos en la capital, de ahí que cuánto se pueda producir en La Habana es fundamental para alimentar a quienes en ella viven. En ese accionar, un papel importante lo tiene la agricultura urbana, y entre las distintas formas productivas que a ella pertenecen se encuentran los organopónicos.
En visita realizada recientemente al organopónico perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Romérico Cordero, que se encuentra situado en la rotonda de Cojímar, conocimos de los cambios allí realizados, los cuales apuntan a mejoras en la producción de esa instalación. Desde hace poco más de dos meses allí se efectuó un cambio de dirección, de forma que se pueden constatar mejoras en las producciones de los 108 canteros con que cuenta, en lo cual tiene un papel importante la casa de posturas y el desarrollo de la lombricultura, por parte de sus trabajadores. A ello se suma el área de plantas ornamentales, donde los visitantes pueden adquirir diversas plantas para decorar sus casas y jardines.

Con apenas diez trabajadores, al momento de nuestra visita, todos los canteros se encontraban sembrados, con varios de ellos en plena producción, hecho que es bien recibido por los pobladores de la localidad quienes siempre pueden encontrar diversidad de productos. Lo anterior demuestra que cuando se quiere se puede, pues en ese organopónico, en la anterior visita realizada por el intendente de la ciudad en octubre de 2020, se detectó falta de control, siendo al que más dificultades se le detectaron en la visita del grupo de la Agricultura Urbana junto con el Partido de la provincia, hecho que trajo, entre otras medidas, el cambio de usufructuario. El cambio que hoy se produce allí se hace visible a simple vista.
Luis Antonio Torres Iríbar, presidente del Consejo de defensa Provincial en La Habana se interesó sobre las condiciones de los trabajadores y la forma de pago, la cual, a partir de este mes de enero es mediante la vinculación a los canteros. Igualmente, conoció que los trabajos en la casa de posturas han permitido no solo abastecer al organopónicos, sino incluso, vender a otros productores de la cooperativa y a otros parceleros.
Mucho queda aún por hacer, pero una cosa es cierta, en el organopónico de la rotonda de Cojímar las cosas han dado un vuelco para bien. Que ello se mantenga así, y aumentar los niveles de producción, y la calidad de cuanto allí se cosecha, solo dependen del empeño de quienes allí trabajan.

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Muy cierto y felicitaciones para ese colectivo, soy visitante asiduo de ellos, buena calidad precios y un trato indiscutible, ojala muchos mas tomen esta experiencia...