La Villa de San Cristóbal de La Habana festeja su aniversario 501 este 16 de noviembre y lo hace vestida de verde olivo, de overol, de batas blancas y uniformes escolares.

Las celebraciones, en esta ocasión, van dotadas del esfuerzo de miles de capitalinos que desde diversos sectores enfrentan a la COVID-19, y a la vez impulsan programas productivos y sociales, muchos de ellos en el mismo campo de la Salud.

Ejemplo de ello es el hoy Hospital Nacional de Rehabilitación Julio Díaz González, que se erige en una colina con microclima singular en el Reparto Fontanar, del municipio de Boyeros.

Allí conocimos dispositivos que han servido para la rehabilitación de atletas de la calidad de Dayron Robles, Yunidis Castillo, entre otros ex integrantes o miembros actuales de equipos de alto rendimiento de atletismo y otros deportes.

Los conjuntos miden la fuerza nervuda y sirven para recuperarse poco a poco, cuando los deportistas sufren desgarros musculares.

También disponen de aparatos que generan varios tipos de potencia y evalúan las contracciones isométricas, a la vez que son usados para el entrenamiento, mientras otros módulos trabajan sobre el adormecimiento o calambres en extremidades provocados por lesiones.

Historia y presente

Las primeras instalaciones de lo que ahora es el “Julito Díaz” datan, según archivos, aproximadamente de los años 1956 o 57, del pasado siglo, cuando fundaron una clínica para impedidos físicos y mentales, denominada Cristo de Limpias, con capacidad para 174 camas.

Los cimientos del majestuoso centro que es hoy, son de 1961. En esa época el hospital encaminó su perfil a atender grandes discapacidades neurológicas del sistema óseo y articular, en personas de todas las edades.

En 1986 las capacidades llegaron a más de 400 camas y unos 14 000 metros cuadrados de áreas terapéuticas.

Foto: Ricardo Gómez

Enormes transformaciones se impulsaron en la década de los años 90, en ese afán del Comandante en Jefe Fidel Castro y el proyecto social cubano, encaminado a desarrollar todas las vertientes de salud y científicas posibles, en función del beneficio del pueblo.

Para la atención a quienes llegan allí, disponen de instalaciones horizontales, sin barreras arquitectónicas y tecnología actualizada, capaces de responder a necesidades crecientes en el campo de la rehabilitación integral. Eso lleva a la institución a ser referente para el país y Latinoamérica.

Ellos se encargan de mantener el mayor grado de capacidades funcionales de pacientes con discapacidades físico motoras.

Con ese fin, emplean diversos tratamientos especializados y cuentan con piscinas, yacusi y tinas usadas para la elasticidad de quienes tienen insuficiencias en los cuatro miembros.

Estas tinas tiene forma de mariposas y los aquejados son sumergidos mediante grúas para ayudar a la movilización de sus miembros.

Transformación y ajustes del servicio ante la pandemia

Foto: Ricardo Gómez

A partir del azote de la COVID-19 a Cuba, este año el Julito Díaz reajustó su perfil y recibió en cuatro meses a más de 600 pacientes positivos asintomáticos y sospechosos de la enfermedad. Esa etapa también fue aprovechada para realizar mantenimientos a algunas unidades.

Hoy, cuando La Habana exhibe cifras alentadoras en el combate contra el coronavirus, el centro está listo para abrir sus puertas a quienes padecen de las enfermedades antes mencionadas y que integran su verdadero perfil.

En reciente intercambio con los trabajadores, Luis Antonio Torres Iríbar, Presidente del Consejo de Defensa Provincial (CDP), les recordó nunca olvidar esa noble y alta misión que tienen, que es desde la tristeza, devolver la felicidad a los pacientes.

El aniversario 501 de La Habana lo celebraron con la reinauguración de la cocina general, luego de un proceso de inversión. Aunque antes le hicieron algunas adaptaciones, lo cierto es que acciones tan profundas es la primera vez que le realizan en más de 60 años.

Torres Iríbar, junto al vicepresidente del CDP, Reinaldo García Zapata, y otras autoridades, entregaron reconocimientos a empresas y a dos trabajadores por cuenta propia que intervinieron en la inversión.

La cocina brinda servicio a 1 500 comensales y con las transformaciones lograron mayor capacidad de elaboración y posibilidades de mejorar la calidad del servicio, porque incrementaron de tres a nueve los puntos de fuego, ubicaron tres marmitas de cocción y una sartén o plancha volteable.

La doctora Yamilé Sánchez Castillo, directora del Julito Díaz, explicó que hoy disponen de 320 camas y atienden a unas 200 personas en consultas externas cada jornada, incluidas algunas provenientes del extranjero. A la vez, sirven de referencia y adiestramiento a especialistas de clínicas de rehabilitación de toda Cuba.

Perspectivas halagüeñas en áreas científicas

Las remodelaciones y avances tecnológicos continúan. Prevén recuperar una cámara de frío, calderas y sistema de bombeo de agua.

Oscar Paredes Suárez, especialista en inversiones, dijo que pronto ubicarán en la antigua área de lavandería, un Laboratorio de Análisis del Movimiento, cuyo equipamiento está arribando al país, gracias a una donación del Gobierno de Bélgica.

Se ubicará en el local de la antigua lavandería que lograron rescatar. El nuevo sistema fue patentizado por la Universidad Tecnológica José Antonio Echeverría, conocida como CUJAE. Este laboratorio será por sus características, único de su tipo en América Latina y el tercero en el mundo.

En el Julito Díaz radican dos presidencias de sociedades científicas de la Isla, el de la Sociedad Cubana de Medicina Física y Rehabilitación y el de la Sociedad Cubana de Electromedicina.

Ello le permite elevado protagonismo en el mundo y están a las puertas en venideros años de celebrar un evento de la Asociación Médica Latinoamericana de Rehabilitación, del cual fueron sede en octubre de 2018.

Con la visita de las máximas autoridades de la ciudad, surgió la idea de rehabilitar la sauna, a partir del apoyo de la Empresa Forestal para el suministro de madera y el aporte de artistas del Fondo Cubano de Bienes Culturales.

Hay muchas formas de celebrar el aniversario 501 de La Habana. Entre las mejores de todas, está la creación, el acrecentamiento de la obra, que se revierta en beneficio para sus hijos. Ellos son los principales protagonistas del festejo, cada uno desde su trinchera.

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