La historia tiene curiosas coincidencias. Cuando La Habana celebra el aniversario 501 de su fundación en su actual emplazamiento, se conmemora también, el 19 de noviembre, el cumpleaños 183 de la primera línea férrea de Cuba, de España y de Hispanoamérica, que recorría 37 millas desde la Estación de Villanueva hasta Bejucal. En ese contexto, continúan las acciones de recuperación y modernización de la Unidad Empresarial de Base José Ramírez Casamayor (más conocida como los talleres de Ciénaga).

Sacar partido de las circunstancias

En tiempos de la COVID-19, la transportación de carga por ferrocarril no ha parado, sino que ha crecido, con el traslado de alimentos, productos de aseo y otras prioridades de la economía, la de pasajeros ha estado limitada al mínimo el movimiento de pasajeros.

Para que los trenes sigan corriendo y no se detenga el programa de desarrollo del ferrocarril en Cuba, no solo se trabajó en la reparación de máquinas y coches, sino que se avanzó en una inversión que permitirá reparar locomotoras y fabricar piezas de repuesto, no solo para el sector ferroviario, sino también hacia terceros.

Las obras avanzan pese a los muchos tropiezos Foto: Raquel Sierra

En los talleres de Ciénaga, donde se realizan mantenimientos y reparaciones a las locomotoras, no han parado las labores constructivas, aunque con ciertos atrasos momentáneos por no disponibilidad de materiales de construcción. “Estamos ahora en una inversión millonaria, con un crédito de la empresa rusa  Sinara (STM), que será de referencia en nuestra área geográfica y tendría capacidad para la reparación general de locomotoras y la fabricación de partes, piezas y agregados que garanticen, en un futuro, asumir también los equipos tractivos nuevos que adquiera el país”, explicó el ingeniero mecánico Arturo García Rodríguez,  al frente de los talleres.

De acuerdo con José Rodríguez Madrigal, inversionista y jefe del proyecto, a partir de la necesidad del país, se hizo un levantamiento nacional,  de conjunto con la empresa rusa y especialistas de la Dirección de Material Rodante, de la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC), para diagnosticar dónde era más factible realizarla. “Se escogió a Ciénaga por las posibilidades tecnológicas de taller, su ubicación geográfica, su cercanía al puerto de Mariel y al Aeropuerto Internacional José Martí”, apuntó.

La inversión dotará al taller de equipos tecnológicos para reparaciones generales de locomotoras. “La parte más compleja, es la adquisición y montaje de los equipos y ya los tenemos aquí”, precisó García Rodríguez.

De acuerdo con Arturo García, la obra civil, que incluye sustitución de cubiertas y mejoras de las estructuras, las cuales datan de 1909, la ejecutan cooperativas no agropecuarias, contratadas por el Ministerio de la Construcción.

El equipamiento, unos 300 equipos, optimizará todos los procesos desde “la reparación de todos los tipos de locomotoras, tanto las diésel eléctricas como las diésel hidráulicas”, explicaron.

La inversión, agregaron, permitirá disminuir la compra de piezas de repuesto, al fabricarse aquí. Por otra parte, facilitará el encadenamiento con la industria, por la capacidad de fabricar cualquier tipo de piezas metálicas, y en un futuro, de goma.

La terminación de la inversión, pese a atrasos motivados por la pandemia y otros derivados del bloqueo, está prevista para el segundo semestre de 2021. Mientras en las naves avanzan las labores, García indica: “si todo sigue así, esperamos comenzar a montar los equipos en enero”.

Mientras la COVID-19 campeaba

Durante la pandemia, con el cumplimiento de las medidas sanitarias establecidas, no pararon las acciones en Ciénaga y de su colectivo de un centenar de personas.

Cuando la ciudad estaba casi parada, habilitaron un aula técnica donde impartieron clases acerca de las máquinas de transmisión hidráulicas, las últimas adquiridas, explicó el profesor José Ramón Ledesma.

Mientras, en el laboratorio, la especialista Osmara Rivera Mancebo, continuó midiendo la viscosidad del aceite, para determinar la  necesidad de cambiarlo y evitar incrustaciones y tupición de los filtros, lo que ocasiona baja presión de aceite en el motor.

Trenes de muchas procedencias reciben en Ciénaga revisiones y mantenimientos Foto: Raquel Sierra

No fue menor la faena de los operarios del taller de coches motores. Según su jefe, Rolando García Jiménez, se trabajó en la pintura exterior, recuperación de las estructuras de madera, lo que mejoraría el confort de los pasajeros en los coches que viajan entre Batabanó, San Antonio y Artemisa, que no operaron durante la epidemia.

No faltaron acciones para el mejoramiento de las condiciones del colectivo, una prioridad que contribuye a la calidad de las reparaciones, de la que da testimonio el maquinista Yosvani Vera, quien sostiene: “los mecánicos hacen bien su trabajo”. Eso les permite lo mismo llevar arroz a Pinar del Río que combustible a Santa Clara o Camagüey, para que no paren los pitazos de los trenes.

Ver además: La Habana: origen e historia de una ciudad (Parte I)

                    Habana, corazón del caimán