Cuando Rolando Hernández Mariño accedió a ser entrevistado por Tribuna de La Habana, aun mostraba signos de inquietud por la situación vivida. Durante el tiempo que conversamos, se mostró muy emocionado y varias veces nos manifestó el agradecimiento que sentía.

Nos relata que cada día al salir a trabajar sentía temor de llevar el virus a la casa y contagiar a su esposa, a sus hijos o a su nietecita. Por ello, fue indescriptible lo que sintió cuando fue declarado sospechoso por ser contacto de un caso confirmado.
Fue trasladado para el Centro de Aislamiento ubicado en la Residencia Estudiantil en la Avenida de los Ocujes, en el municipio de Cerro.
"Cuando llegué me encontraba muy nervioso, desorientado y sobre todo, muy preocupado por mi familia. Fue, precisamente, gracias al trato que recibí de todo el personal, apenas ingrese, que empecé a sentir confianza.
“Los médicos pasaban visita dos veces al día, se interesaban, no solo por mis signos vitales, sino, también por mi estado de ánimo. Esta profesionalidad, responsabilidad y entrega manifiesta de todos, fue lo que me ayudó muchísimo en medio de la angustia y la incertidumbre en espera del resultado del PCR.
“Tengo que resaltar la labor de todos, desde el personal de enfermería, receloso en los horarios de los medicamentos; los pantristas, que, en su gran mayoría, eran voluntarios, cuidadosos en el cumplimiento de la dieta indicada a cada uno de los pa-cientes, así como; los auxiliares de limpieza que mantenían la higiene que exigen las medidas sanitarias¨.
Estuvo siete días en los que las muestras de solidaridad debido a la angustia por su familia, nunca faltaron, hasta que, finalmente resultó negativo a la COVID-19.
“Ese día, lo recuerdo con una mezcla de alegría y nostalgia porque me emocionó muchísimo la alegría que mostraron todos, prueba del altruismo de los cubanos, y a los que estaré eternamente agradecido”.

Vivencias como estas son las nos demuestran el interés de nuestro Estado por la salud del pueblo. No se ha escatimado en recursos materiales ni humanos en la lucha contra este enemigo de la vida.
Este gesto de nuestros héroes de la Salud no nos sorprende. Es algo cotidiano, sistemático y muy profesional. Aplausos para ellos.
Que bueno que dió negativo. la salud cubana es maravillosa y los cubnos lo somos también, solo nos queda cuidarnos de no infectarnos.