La Comunidad Primer de Mayo, en el municipio de Cotorro, es uno de los 24 asentamientos poblacionales que se encuentran alejados de los centros comerciales de dicho municipio. Para quienes allí habitan, resulta difícil trasladarse hasta esos establecimientos, máxime en estos tiempos en que ha sido necesario limitar la movilidad en la ciudad para frenar la expansión de la COVID-19, motivo por el cual el transporte urbano no se encuentra funcionando.

Sin embargo, su distanciamiento no significa olvido, pues las autoridades del municipio velan porque las ventas móviles lleguen hasta esos asentamientos. De lo anterior fuimos testigos recientemente.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

Ese día, desde temprano, la noticia corrió de boca en boca. Las personas del pequeño asentamiento, con poco más de 100 núcleos familiares, comenzaron a acercarse a la bodega del barrio, sitio donde se efectúan dichas ventas.

La bodeguera, pluma en mano, fue tomando el orden de llegada de las personas. Cada nombre, correspondía a un núcleo familiar (en algunas ocasiones dos o más), lo cual quedaba plasmado en la hoja que poco a poco se fue llenando.

Pasado el mediodía llegó el transporte con los artículos a vender. De forma ágil se dispuso todo. Neyanlis Rojas Bueno, la administradora de la bodega, comenzó a llamar a las personas por el mismo orden de la lista.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

En la entrada del establecimiento, Félix Manuel Rodríguez Núñez, delegado de la circunscripción 38, consejo popular Cuatro Caminos, con un pomo de hipoclorito se encargaba de que todas las personas se desinfectaran las manos antes de entrar al establecimiento, al tiempo que exigía se mantuviese el distanciamiento social.

Si bien no se llegó con todos los artículos deseados, la venta en ese sitio (un tubo de picadillo condimentado, un pomo de aceite, desodorante, frazadas de piso y jabones de baño) sirvió de alivio a los pobladores de esa comunidad, quienes, al concluir la cola, pudieron efectuar una nueva compra.

Esta no es la única facilidad que han tenido esos habitantes, puesto que hasta ese establecimiento han llevado otros artículos, como son pomos de refresco y mayonesa, los cuales se han vendido de forma controlada. Esta tampoco será la última vez que allí se efectúen ventas móviles.

La caballerosidad también se hizo patente en el lugar, pues ante la llegada de una embarazada, nadie puso reparos para que pasara de forma inmediata y más allá de si en este momento se cumplieron las expectativas o no de esos pobladores, fuimos testigos de una verdadera muestra de organización, algo que por desgracia no sucede de igual forma en la mayoría de los locales de la ciudad.

Un punto y aparte merecen las condiciones de la bodega, la cual está necesitada de una reparación. Pero sobre ese particular, y los pasos dados para ello, hablaremos en otro trabajo.