La información, esta mañana, de una nueva pérdida acota la cifra de personas fallecidas por el SARS-CoV-2, en La Habana, la ciudad donde la cadena de contagios solo puede ser detenida si los ciudadanos mantienen una actitud adecuada con las regulaciones sanitarias vigentes para enfrentar la COVID-19. Suman 88 en todo el país.
El azar no provoca el contagio, sino el contacto directo con personas que se mantienen asintomáticas, pero no dejan de transmitir la enfermedad como se informa en cada parte matutino por el doctor Francisco Durán García, Director Nacional de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública.
Poner como ejemplo, la presencia de personas desde la noche hasta el amanecer en las tiendas para adquirir café (como pude escuchar a una de las personas durante la espera) demuestra el incumplimiento de medidas higiénicas que van desde el sentarse sobre las aceras y contenes de la calle, en plena vía pública, quitar o mantener, sobre el cuello, el nasobuco, y no respetar la distancia establecida. Por consiguiente, estos ciudadanos tienen un propósito definido: “coleros”.
Son estas indisciplinas sociales las que conllevan, entre otros factores, a la transmisión de la enfermedad. Entran a los establecimientos cubiertos por todo tipo de microorganismos “recolectados”, durante la noche y la madrugada. Luego suben a los ómnibus donde ya resulta difícil no tener un “roce” o contacto más cercano con muchas de estas personas. De modo que la enfermedad puede trasladarse fácilmente de un lugar a otro de la ciudad.

Una cuestión que exige frenarse con urgencia para garantizar la salida de La Habana de la primera fase pos COVID-19, o de lo contrario el esfuerzo de miles de personas y los desvelos de las autoridades de todos los niveles de dirección política y administrativa no serían más que otros ceros a la intensa cifra de gastos que realiza el país para detener el COVID-19.
Es un claro ejemplo de a dónde nos puede llevar el triunfalismo. Cuando se agitaban comentarios del cumplimiento de los indicadores para pasar a la Fase 2, los propagadores de epidemia andaban por la Fase 10. Lamentablemente no se informan de las medidas en materia penal aplicadas a infractores que incluso matan con sus acciones y pretenden como émulos y seguidores de Trump y Bolsonaro, sumir a la Habana en una Epidemia o Callejón sin salida. Me refiero a ciudadanos y directivos inescrupulosos de base que fomentan el NO uso del Nasobuco en instituciones y empresas del Estado incluyendo al Sector no Estatal. Se requiere de la acción conjunta, en una misma dirección, del Pueblo y las Autoridades. Entonces la COVID-19 será cortada de raíz. Ganaremos una batalla que es ligera comparada con los tantos años de confinamiento en que se encuentra Cuba como resultado del bloqueo. Y esa la hemos ganado. Por qué no ésta? Depende de nosotros.
Gracias por compartir sus criterios Mercedes. Tiene toda la razón en el análisis realizado
Hay muy mala organización en las tiendas q constribuye a más horas de colas. Ejemplo cola enorme para pollo y picadillo en La Sortija el pasado jueves, venta x un mostradorcito improvisado con un solo dependiente atendiendo y los clientes tomándose todo el tiempo es escoger los paquetes de pollo, en el resto d la tienda los empleados casi sin hacer nada. Parecido el tema en el mercadito el Juvenil d Monte y Cienfuegos, donde la cola la impone los productos del lacteo y solo un dependiente atiende, el resto casi desocupados. En ninguna d las dos tiendas se escanea el carne, lo que permite que haya personas que compran varias veces en el día. Pienso que hay que aligerar las ventas de los productos de alta demanda y scanear los carnés entre otras medidas....
Esas personas son los casos más visibles, de personas que incumplen con lo establecido. Pero es bueno recordar a todas las instituciones que La Habana está en fase 1 (aunque no cumple con algunos criterios). Solo menciono dos ejemplos en la misma zona (cerca de mi hogar) Terminal de omnibús Nacionales: no se ofrece servicio de transportación interprovincial (eso es lo establecido). Dese una vuelta por la calle 19 de mayo, a la altura de la salida de los omnibus, verá los talonarios de equipajes amontonados en la calle. Viajeros que llegan a la capital (de todas las edades y en omnibus con todos los asientos ocupados) entregan su comprobante y se les entrega en la acera su equipaje. Boteros que ofrecen servicios de viajes a otras provincias (sentados en los contenes, no escondidos ni en el parque de Comunicaciones) Si lo que necesita es viajar en omnibus vaya por Avenida Rancho Boyeros, en las escaleras de la polivalente Ramón Fonst encuentra a los pasajeros esperando su omnibús. Sin ninguna atención (aunque por supuesto deben abonar sus pasajes) Los lunes alrededor de las 9:00 am se les suma un grupo de personas que esperan abordar en al menos tres omnibus de TransTur (imagino que para centros recreativos, por la ropa, edades y equipajes). Por supuesto sin ninguna distancia, mucha alegría y pocos tapabocas bien puestos. Son menos visibles pues se ubican en el parqueo de la Polivalente. En qué fase dice nuestro gobierno provincial que está La Habana
Como es posible que Havanatur,este ofertando viajes desde varios puntos de la Habana hacia Varadero a 22.00 cuc ida y vuelta.Acaso la dirección del transporte no tiene conocimiento de esto?,es hora de ponerle nombre a todo,no sólo a los coleros, los que llevamos meses en casa pasando calor,comiendo pan y viandas,desesperados por que llegue la hora del Doctor Duran para ver si disminuyen los casos nos duele no ver resultados de las medidas que si dicen tomar por los medios informativos.Si cogiste el Virus fiestando multa y paga el tratamiento si te quieres salvar al igual si contagiarse,se conocen de casos que se han escapado de los lugares de aislamiento.
Estamos de acuerdo que nosotros la población de ésta nuestra tan hermosa Habana somos los culpables de que no se acabe de una vez y por todas esta enfermedad que tantos problemas y dolor está causando. Pero también los órganos del gobierno y entidades no están teniendo en cuenta la situación que se vive en nuestras calles día a día, podría poner muchos ejemplos pero no me alcanzaría el tiempo para explicar los todos y hago referencia al transporte urbano dónde en las puertas y las zonas visibles de los autobuses que transitan por toda nuestra capital se encuentran a modo de información las medidas que hay que cumplir para tratar de no seguir expandiendo esta pandemia. En dichos carteles informáticos refiere que en la primera fase sólo pueden viajar en ómnibus convencionales 25 personas de pie y en los ómnibus articulados 60 personas de pie suma que queda un poco apretada para la capacidad y el tamaño de dichos autobuses sin contar que sólo en los primeros días de haber pasado a la a la primera fase se mantuvo estas normas y que en estos momentos seguimos estando como antes de que nos acechara este virus las guaguas están abarrotadas de personas y en visibles casos las personas no respetan el llevar el nasobuco puesto sin contar que no hay espacio ni para respirar entre una persona y otra, y yo me pregunto, será sólo la población de La Habana los responsables de que este virus siga haciendo y deshaciendo entre nosotros? Hemos descuidado por completo los cuidados que tenemos que tener para no contagiarnos pero parece ser qué a las personas que tienen que ver con el orden y el control de que las medidas orientadas se cumplan al pie de la letra también son un poco indolentes y nadie controla el flujo de personas que verdaderamente deberían abordar los autobuses por necesidades y obligaciones que algunas personas como yo nos vemos en la necesidad de disponer del transporte público para ir hasta nuestros centros de trabajo en espera de una respuesta lo saluda atentamente Rogelio González Arias