La Habana siempre ha sido azul, por su cielo, su mar, y acompañada de esas luces de transparencias únicas que tan bien supo apresar Carpentier al hablar de los vitrales como aduanas del sol.

Sin embargo, hoy la ciudad amaneció de gris y sin brillo. Una nube de polvo del Sahara, luego de viajar unos 6 000 kilómetros de distancia, cargada de partículas perjudiciales y contaminantes, le ha cambiado los colores, borrándole la línea del horizonte.

Rubiera lo había adelantado: al amanecer uno puede encontrarse con superficies cubiertas de polvo fino. Así ha sido, ventanas, cristales y hasta los labios –cuando se asoman sin nasobuco al balcón– se cubren con esa película de polvo finísimo, que puede perjudicar sobre todo a asmáticos y alérgicos.
Pero más que un cambio de apariencias, lo importante a saber de dicho fenómeno meteorológico es que sucede anualmente en esta temporada, a consecuencia de las tormentas de arena y polvo del desierto del Sahara y el Sahel.
Sin embargo, vale aclarar, que lo que estamos viviendo ahora mismo NO es una tormenta de arena. En esas, el tamaño de las partículas en suspensión es mayor a 100 micras –a una milésima de milímetro–, y no es el caso.

Además, cuando se trata de una tormenta de arena –que son locales– esas partículas se elevan solo a cerca de 15 metros del suelo, por ser pesadas. En las nubes de polvo, sus livianas partículas pueden ascender hasta 7 kilómetros de altura, permitiendo una visibilidad de hasta un kilómetro y más, a diferencia de las tormentas de arena, que no dejan ver nada.
Felizmente, los vientos alisios seguirán empujándola y a finales de esta semana ya habrá seguido su andar hacia el oeste.

Aunque no tiene absolutamente ninguna relación con la COVID-19, –salvo que, al igual que el nuevo coronavirus, puede provocar afecciones respiratorias– vale fantasear suponiendo que, en su partida, se llevará también, definitivamente, esa COVID-19 que de tan buena manera los cubanos ya estamos espantando.

Este fenómeno sucedía según expertos todos los,años pero primera vez que se ha comentado por los medios de informacion nacional.Cada,vez comprendo y entiendo menos.Y a 'esta le han dado una connotación extraordinaria.
Este titular de Armando Santana Martínez. me asombra y tiene a bien de repensar de nuevo que en nuestro archiegalo cubano, no es una etiqueta de cielo azul y luz solar en ese llamado turistico de que Cuba es un eterno verano. Es cierto que la potencia de la luminosida trata de hacer todo mas lindo o bonito y es cierto hasta cierto punto. Pero bien se puede pensar desde otra mirada y prueva de ello esta en el, arte cinematografico gracias a la pelicula "Soy Cuba" 1964 del director Mikhail Kalatozov. una coproducción Mosfilm e ICAIC. En el rodaje en horas del dia se presento un desafio entre la sencibilida de los rollos de las peliculas que se trajo desde la Union Sovietica y esa fuerza de raja tabla de la luz solar. La osadia fue sorprendente en el resultado la delirante belleza de luces grises entre luz y sombra. Invito a ver el filme "Soy cuba" y comprenderan que los tonos grises en la luz, Provocan emociones de una ternura y de orgullo. Por cierto una compañera querida, me sorprendio en esta semana con un texto: "Polvo Magico del Africa", una suerte de caligrafia que sugiere una amable idea de este evento y que agradeci por esa otra mirada de lo real. Un saludo fraterno
Según tengo entendido no se dice "Desierto del Sahara",solo con decir Sahara se abarca todo
Cabe la posibilidad de que un plaga de pequeños insectos que están afectando a la población principalmente en áreas de los municipios Boyeros, Arroyo Naranjo y 10 de Octubre, haya llegado con las nubes de polvo procedente del Sahara y el Sahel? A mi me afecta de forma particularmente severa pues padezco de Prúrigo por picadas de insectos.