A partir de 2010, punto de inicio a las acciones de restauración en el Capitolio habanero, las expectativas de capitalinos y visitantes fueron aumentando año tras año hasta completar, este 2019, casi una década de trabajos sobre uno de los más icónicos edificios del paisaje urbano en esta ciudad.

Por eso no fue de extrañarse la afluencia de público que hasta sus escalinatas llegaron, respondiendo a la convocatoria realizada por la Oficina del Historiador de la Ciudad, para presenciar la develación de su cúpula.

La simbólica bóveda que remata el edificio había estado cubierta por ciertas lonas blancas y rojas que hicieron descender los operarios en esta mañana de viernes ante la mirada ansiosa de los espectadores.

Foto: Gabriel Valdés Valdés

Al inicio, Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad aclaró que no se trata este del momento inaugural; sino solamente de un adelanto, para saciar y/o incentivar aún más las expectativas de quienes desean ver al Capitolio ostentando su peculiar esplendor.

A pesar de la develación de la cúpula, (aún deben removerse los andamios) y de la apertura de las principales instalaciones al público en marzo de 2018, la reinauguración formal del Capitolio será en noviembre próximo, afirmó Leal.

En coincidencia con el Aniversario 500 de La Habana, el Historiador explicó será esa la ocasión de encender la linterna de la cúpula, como fue originalmente y “se honrarán a los que han trabajado en ella: a los arquitectos cubanos y expertos rusos, quienes han realizado un arte que conocen como pocos: dorar metales”, afirmó.

Foto: Gabriel Valdés Valdés

Cabe mencionar que los expertos rusos, además, participaron en la restauración de la Estatua de la República; cuya autoría es del italiano Angelo Zanelli. Esta colosal pieza está considerada como la tercera escultura más alta del mundo bajo techo, con sus 14,60 metros asentados sobre un pedestal de mármol de 2,50 metros.

Para el conocimiento de los habaneros, Leal, también Premio Nacional de Ciencias Sociales, comentó sobre las funciones desempeñadas por las lonas que han estado cubriendo la cúpula y que en horas de la mañana comenzaron a descender: proteger, en cumplimiento con las medidas de seguridad, los trabajos de restauración, resguardar a los obreros y especialistas involucrados del deslumbramiento que podría causar la luz del sol sobre las planchas de metal y oro y  asegurar el clima propicio para las labores, realizadas a más de 90 metros sobre el nivel de la calle.

Foto: Gabriel Valdés Valdés

A esa altura, los especialistas de la Oficina del Historiador de la Ciudad realizaron tareas de limpieza en la fachada, fortalecieron las estructuras de hormigón y acero y rescataron también elementos decorativos.

Tal es el caso del centellador, a su puesta en funcionamiento se le sumó además, la instalación de un moderno sistema de luces LED alrededor de toda la fachada.

La complejidad de las labores de restauración de la cúpula del Capitolio, la convierten en una de las más difíciles de acometer dentro del programa de acciones similares, de acuerdo a lo expresado por los propios especialistas (arquitectos, restauradores…) y forma parte de algo que el propio Leal expresó durante la develación: “(…) no podemos renunciar a la belleza y hay que seguir trabajando porque la ciudad sea digna de su gran historia”.

Foto: Gabriel Valdés Valdés

Y este es, precisamente, uno de esos lugares donde esteticidad y legado histórico se funden en estructura civil. Situado entre las calles Prado, Dragones, Industria y San José, su inauguración tuvo lugar el 20 de mayo de 1929. En él sesionaron, hasta finales de la década de 1950, las dos cámaras del Cuerpo Legislativo de la República.

Una vez que triunfa la Revolución, hasta sus salones fueron trasladadas las oficinas de la Academia de Ciencias y fue declarado Monumento Nacional por medio de la Resolución 04 del 15 de noviembre de  2010.