Según la leyenda, con la ayuda de unos monjes bobos, dos leones encuentran la lechuga colgada en el portón de la entrada, mientras danzan y brincan. La lechuga significa vida y riqueza, y los leones no son más que la imagen misma de la buena suerte y la fortuna.


Con este espectáculo tan antiguo en la cultura china, de tanto significado y peso en su arraigo social-cultural, fue reinaugurado el Barrio Chino en el municipio de Centro Habana a las ocho de la noche de este martes.
El acto fue presidido por Luis Antonio Torres Iribar, primer secretario del Partido en La Habana, Reinaldo García Zapata presidente del Gobierno en la capital y el excelentísimo señor Chen Xi, embajador de la República Popular China en Cuba. También estuvieron presentes otras personalidades del gobierno, la cultura y el pueblo en general.

El popular Cuchillo del Barrio Chino fue el proyecto más difícil y deseado, se necesitó de una inversión enorme, de una reparación capital, de 3 meses productivos en trabajo, del esfuerzo, amor y dedicación, no solo de las autoridades del municipio y la provincia, sino también y sobre todo, "de los descendientes vivos de la gran migración china que experimentó La Habana el 3 de junio de 1847", según explicó Roberto Vargas Lee, Maestro de la Escuela cubana de Wushu, también presente en las celebraciones.

Estudiantes del Instituto Superior de Diseño tuvieron mucho que ver con el proceso investigativo y la proyección de todo el nuevo delineo artístico y arquitectónico del Cuchillo, que ahora ofrece no solo opciones gastronómicas, sino también una tienda y un jardín con excelente vista y confort al más puro estilo asiático.

En definitiva, toda una obra de perseverancia, amor y trabajo arduo que premia a los habaneros con una razón más para celebrar los 500 años de la fundación de La Villa de San Cristóbal de La Habana y como dijera en declaración Chen Xi, embajador de China en Cuba: " Una muestra más de los fuertes e imborrables lazos de amistad entre nuestros países"


Me alegro por la reanimación del barrio chino de La Habana, era un lugar habitual que caminé durante casi toda mi vida, ya no vivo por allí, espero lo cuiden los que lo habitan y los que lo visitan.