La Habana está próxima a cumplir sus primeros 500 años de existencia y con tal motivo, son múltiples los trabajos de remodelación que se realizan en la capital de la Mayor de las Antillas. Uno de los sitios donde en estos días se labora con intensidad es el conocido cuchillo del Barrio Chino, en el municipio de Centro Habana.
Lo primero que llama la atención de los transeúntes es el nuevo pórtico que se edifica en la entrada de la concurrida calle, sitio donde van a convivir lo tradicional de la cultura china, con las rejas coloniales que allí se colocarán, en una muestra del proceso de la transculturación ocurrido desde la llegada de los primeros chinos a Cuba.

Con el fin de comprobar la calidad de las obras que allí se ejecutan, este domingo Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la capital, y Reinaldo García Zapata, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular en La Habana, hicieron un recorrido, durante el cual conversaron tanto con los constructores a pie de obra, como con los cuentapropistas que allí ejercen.
En todos los casos, insistieron en la necesidad de cuidar la cultura del detalle y, sobre todas las cosas, a no descuidar las ofertas tradicionales chinas, aun cuando pueden convivir otras típicas de la Isla, pero que la esencia de lo que allí se expenda pertenezca al legado histórico que dejaron los chinos en Cuba.

Entre las ofertas que encontraran quienes visiten el barrio Chino, que tiene prevista su reinauguración para la primera quincena de agosto, se encuentra una feria donde se desarrollarán múltiples actividades vinculadas a la presencia china en Cuba. Sobre lo que allí ocurrirá, Teresa María Lee, directora de la Casa de Artes y Tradiciones Chinas.
Comentó: “estamos convocando desde prácticas de Tai Chi, hasta proyectos de danza, tanto tradicional como contemporánea, con actividades culturales diversas. El cuchillo va a contar con un circuito cultural que dará inicio en la galería de arte ubicada en la calle Dragones, instalación que va a ser ocupa por flora Fong y sus hijos, todos descendientes de chinos con una gran connotación nacional e internacional”.

Pero esas no serán las únicas sorpresas que encontrarán los visitantes en el Barrio Chino cuando en agosto, los aires de renovación que hoy invaden esas calles, se transformen en una realidad tangible para los visitantes. Sobre las interioridades de lo que allí ocurrirá, y la opinión de algunos de los cuentapropistas enclavados en ese lugar, Tribuna de La Habana escribirá en próximas ediciones.
