Algunos la conocen por la Escuela del Ballet de Lizt Alfonso. Otros, por el intenso programa social que con personas de la tercera edad desarrolla en el antiguo convento la Oficina del Historiador de la Ciudad. Lo cierto es que la Plazuela de Belén tiene una personalidad propia, que no la hace menos que las grandes plazas.
Delimitada por las paredes del otrora convento y las calles Luz y Acosta, ha visto y vivido el paso de los siglos y si las plazas tuvieran canas, su cabellera sería totalmente blanca. Las obras de la iglesia concluyeron entre 1718 y 1720. Luego, en la etapa de 1740 a 1755, se construyó la fuente de la plazuela, mientras que, en 1772, con el Arco de Belén, se conecta el convento con casas vecinas, adquiridas para su ampliación. Con posterioridad, se inauguró allí un observatorio astronómico, geomagnético y meteorológico.
En La Habana. Apuntes históricos, el primer Historiador de la Ciudad, Emilio Roig de Leuchsenring, señalaba: “Algunas de estas plazuelas, las más espaciosas –por cierto–, como la de Belén y la de Santa Clara, fueron formadas retirando la alineación de las aceras opuestas a los edificios de los templos, obteniendo así un buen espacio para el tránsito de los carruajes”.

Más adelante, el preclaro Historiador advertía que, “alrededor de algunas de estas plazuelas, tales como las del Santo Cristo, las Ursulinas y Belén, se construyeron casonas coloniales de portales bien proporcionados de altos puntales, los que completando la recia arquitectura de dichos edificios han prestado gracia y nobleza a estos típicos lugares, que, indudablemente, constituyen amables rincones de la vieja ciudad, los que deben ser conservados a toda costa”.
Mucho más acá, el libro Desafío de una utopía, una estrategia integral para la gestión de salvaguarda de La Habana Vieja, incluía entre las particularidades de la ciudad antigua “un conjunto de pequeñísimas plazuelas, relacionadas con los monasterios y vetustos templos, el Espíritu Santo, Santa Clara, San Agustín, San Isidro, Belén, Santa Teresa de Jesús, el Ángel… que van marcando hitos en el paisaje urbano, como protagonistas de la conquista espiritual que llevaría adelante la Corona española”.
Si bien el edificio del otrora convento, con el único arco que existe en La Habana, tiene mucho que decir, las edificaciones que lo rodean cuentan la otra parte de la historia: en una esquina, un inmueble de viviendas hoy en restauración como parte de un proyecto de cooperación internacional. También, según consta en las fachadas estuvo el Garage Belén, Seoane y Fernández Impresores y la Ferretería La Castellana, de 1921.
Nueva temporada
Y si puede que hasta hoy no ha sido escenario de grandes sucesos, su leyenda está por cambiar. Este año, tras un proceso de rescate, la otrora olvidada plazuela, será la sede del acto provincial por el Día de la Rebeldía Nacional.
“Se buscó la motivación del 26 de Julio para rescatar esa plaza, próxima a donde confluyen abuelas y abuelos con más necesidades de La Habana Vieja y se aglomeran muchas personas que traen a niñas y niños al importante proyecto que desarrolla Lizt Alfonso”, explicó Rodolfo Cándano, primer secretario del Partido en el municipio.
Además, reveló, fue una idea del Historiador Eusebio Leal de que ese día se pudiera inaugurar la plaza, con la celebración del acto provincial por el 26 de Julio, que tendrá como sede a La Habana Vieja.
Pero, el cambio que experimenta la Plazuela de Belén no terminará ese día: un proyecto de la arquitecta Alejandra Ledesma Hernández, de la Empresa Restaura, de la Oficina del Historiador, le dará una nueva cara a la plaza, con vegetación, bancos y fuente incluidos, que deberá quedar lista en ocasión del Aniversario 500. Y a más largo plazo, rehabilitación de los espacios habitacionales, de manera que la transformación sintetice lo antiguo y lo contemporáneo.
Una vez más agradecerle al dr Eusebio Leal todo su pensar y con esa luz larga de ciudad no de aldea ,que ha hecho tanto por la Habana vieja y la ciudad ,siempre será recordado como lo que fue y es un soñador de obras de reconstrucción tan maravillosas,deseándole mucha salud para que todavía siga orientado y caminando por su ciudad,
A la verdad quedo bello, quisiera la ciudad bella, bella pero. Graciad eusebio