¿Debía tocarnos un ramalazo de Helene para volver a hablar de la poda de árboles? El asunto no es tan añejo como los fenómenos meteorológicos, pero que debía estar zanjado, al menos en buena parte. Comentarios de los lectores sobre el tema enfatizan en la actividad que hacían las Empresas de Áreas Verdes, Eléctrica y Telefónica, con marcada intención durante la temporada ciclónica.
Sin embargo, llama la atención que nadie se refiere a la responsabilidad individual de aquellos tenentes de terrenos, muy dispuestos para sembrar y recoger cosechas, si bien desde la cerca hasta el interior falta la más mínima huella de un elemental desmoche, que evite a ramas y enredaderas copar y caer sobre los cables o la calle, y también que le quite cobija a mosquitos y otros insectos.
Qué decir de quienes plantan árboles de gran talla en lugares inadecuados –como cerca de líneas eléctricas y transformadores y en parterres-, o los dejaron crecer hasta alturas inaccesibles para ellos y en algún momento piden, exigen, que alguna empresa se haga responsable de quitarle el obstáculo rápidamente.
De lejos pasó Helene, pero la temporada ciclónica no ha terminado. Ante la información de Alerta temprana saltaron las alarmas justificadas sobre la recogida de desechos sólidos, aunque no leí, no vi en mi entorno en la periferia de la ciudad, la otrora movilización nacida y compulsada de una obligación individual de podar aquellos arbustos y matas que pudieran constituir hasta un peligro para las personas.
Y si falla la espontaneidad hay que compulsarla. Me disculpan, pero siempre tengo que ir al llamado de las organizaciones en el barrio, en la circunscripción. Mención aparte para las entidades, porque la insuficiente disponibilidad de recursos que abunda no debe ser la barrera infranqueable. La poda necesita una mirada y actuar diferentes.
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De acuerdo. Hace no tantos años, recuerdo que la poda anual comenzaba en el mes de abril aproximadamente y para el inicio de la temporada ciclónica la mayoría de los árboles estaban listos, aún cuando alguno que otro cayera. Situación de escasez de combustible o de insumos hemos tenido siempre y a estas alturas debería ser la iniciativa de las autoridades locales lo que primara. Los vientos leves de Helene dejaron la ciudad llena de hojas secas. Ademas, les invito a mirar desde cualquier piso alto, del Focsa por ejemplo, y verán que los edificios ya apenas se ven.
Hoy 12 de Octubre, y después de 2 huracanes (Helene y Miltón) muy cerca de La Habana, al Consejo Miramar en Playa no ha llegado la poda ni segura ni a tiempo. Urge que poden ya!!! Seguimos esperando.