Quienes hemos crecido bajo los principios de la honestidad, no podemos admitir bajo ningún concepto la frase que da título a este comentario y mucho menos a aquellos que tratan de justificar sus actitudes deleznables con la crisis económica que sufre el país o porque en derredor suyo priman los antivalores.
Lamentablemente es un comportamiento que ha hecho mellas en nuestra sociedad, a veces con actuaciones que pudieran parecer insignificantes, pero que repetidas se convierten en tendencia negativa y sacan a relucir lo peor de un ser humano. Por eso no es de extrañar que más de 3 500 internautas aparezcan en los vistos de la publicación titulada A veces es molesto ser honesto, extraída del perfil de Facebook de Mario Herrera, que podemos resumir en un chofer incumplidor de sus obligaciones y una madre que viajó de pie en el ómnibus con un niño de tres años de edad.
Una situación nada nueva y siempre provocadora de un cúmulo de sentimientos que deben sustentar cualquier sociedad, y mucho más la nuestra. Honestidad es sinónimo de respeto, integridad, justicia, rectitud, dignidad, compostura, decencia, decoro, cortesía, urbanidad.
No por gusto se considera la clave de las relaciones sociales; en tanto nos da esperanza, confianza, compasión y mejora la toma de decisiones. Atañe a niños, adolescentes y adultos. Pero si estos últimos no la inculcan ni la practican…
Con su acostumbrada sapiencia, lectores como Carlos Germán reconocen que: “valores humanos como la caballerosidad, la generosidad y la bondad deben ser el pan de cada día”. La honestidad nunca ha de ser molesta, al contrario, quienes la practican “siempre serán motivo de orgullo, respeto y reconocimiento social”.
Y acota: “No es difícil ser 'buenos' en tiempos de bonanza, pero en crisis, cuando las dificultades sacan lo
mejor o lo peor de las personas, es cuando sabemos el verdadero valor de cada uno y cuando mayor debe ser el empeño y la exigencia por las buenas costumbres y la ética ciudadana”.
Para quien se identifica como Cubana, “la indisciplina nos enrolla como madeja…”, mientras Solia vincula la
honestidad con el sentido común, el cual considera que engloba principios, entre los que destaca la fidelidad y decir siempre la verdad, tener integridad, responsabilidad y conciencia de tus actos, respetar las leyes y el derecho de los demás, enseñar con el ejemplo, practicar el orden y la limpieza, ser ejemplo de puntualidad y el deseo de superación.
Son muchos poquitos que identifican a las personas y colectivos de bien, acumulativos en el tiempo y a los cuales no podemos renunciar para salvarnos todos.
NI AGUA, NI CARROS CISTERNA
El lector Lázaro Valdés Dulzaides se comunica con nuestra sección para quejarse por la falta de agua en el
edificio donde reside, sito en Milagros No. 272, apto.4, e/ Armas y Lawton, en el municipio de Diez de Octubre.
Precisa que desde hace más de un año es insuficiente la cantidad de agua que llega a la cisterna, lo cual impide poner el motor. Esta situación afecta a siete apartamentos del inmueble, donde habitan ancianos postrados y con varias enfermedades. Manifiesta que se han dirigido a las instancias municipal y provincial del Gobierno, de lo cual consta el número de caso asignado, el 43953. La única gestión palpable es que de la empresa Aguas de La Habana les enviaron un inspector, quien “determinó que había una interrupción local y se comprometió a enviar pipas hasta tanto se arreglara la rotura…, en la práctica esto no se ha cumplido, ni pipas ni agua corriente”, se lamenta Valdés Dulzaides, que recalca: “Seguimos igual, careciendo del vital servicio”.
Otras informaciones:
En igual situación están los vecinos de calle 9 entre J e I en el vedado, casi todos personas mayores y hace más de un mes no les llega el preciado, vital y necesario liquido.