Una queja que data de casi cuatro años y sin atisbos de solución, motiva la carta de los vecinos del edificio de 120 apartamentos, ubicado en la avenida Egido, No. 517, entre Sol y Muralla, en La Habana Vieja.
Los problemas que plantean en la carta, firmada por William Rojas, pueden resumirse en dificultades para acceder al agua potable, pues hubo que cerrar la cisterna contaminada, producto de un permanente vertimiento de albañales. Se suma la compleja situación higiénico-sanitaria derivada de ello.
Para los ocupantes de dicho inmueble, ubicado en el consejo popular Belén, el viacrucis comenzó en 2018, cuan[1]do una brigada perteneciente a la Dirección Provincial de Cultura rompió una tubería de evacuación de los residuales al iniciar labores de reparación en el área que ocupa el antiguo cine Universal.
No lo arreglaron, y hasta hoy el salidero es incontrolable, precisa William, quien subraya que desde entonces tal escenario ha sido planteamiento recurrente en las asambleas de rendición de cuenta del delegado a sus electores y en las cartas entregadas a instituciones provinciales y nacionales del Gobierno y el Partido, si bien ninguna ha enviado a algún representante a indagar sobre el tema.
Explica que, por la colindancia de ambas edificaciones, las aguas albañales infectaron la cisterna en la de viviendas, por lo cual la Dirección Municipal de Salud Pública dictaminó su clausura; acción adecuada para es[1]tos casos, pero que se torna indefinida por la irresolución de la causa.
Destaca que la consecuencia de tener que cargar cubos de agua afecta doblemente a no pocos de los núcleos de vecinos, donde cuentan con personas enfermas y de avanzada edad.
Concluye su carta manifestando la disposición de los vecinos de cooperar en las la[1]bores de reparación del vertimiento de albañales, si fuese necesario, ya que están convencidos de que esas actitudes deben primar, en apoyo a los planes que el Gobierno y el Estado llevan a cabo “para mejorar la calidad de vida de múltiples familias”.
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