El tema nos lo sugiere la lectora Madeleine Ramos, si bien no lo identifica con esas palabras, ¿mágicas?, de cuya antítesis no escapa nadie.
Al decir de esta sanmiguelina, “se ha destapado una especie de epidemia que ha resultado ser más contagiosa que el coronavirus y afecta a casi todos los organismos gubernamentales. Uno llama a cualquier lugar, tienda, farmacia, hospital, restaurante y nadie contesta el teléfono”.
Su queja ante la falta de organización, y en no pocos casos desidia, que significa tal actitud, la realiza pensando en primer lugar en las personas de avanzada edad y las discapacitadas; aunque resulta valedera para todos, explica, por lo que implica en pérdida de tiempo, transportación y disgusto, tener que trasladarse hasta el lugar del que se necesita información porque no hubo quien cumpliera con su cometido.
“¿Cuántos contagios de COVID-19 se evitarían si no hubiera tantas personas en la calle que podrían haber resuelto su problema o su duda por teléfono?”, se pregunta Madeleine, quien considera que en los organismos e instituciones oficiales tiene que haber alguien preocupado, y agregamos que también ocupado, de que se respete lo establecido al respecto.
Ella y nosotros coincidimos en que existen los departamentos o secciones de atención a la población y son públicos los números telefónicos para tal menester y de las áreas de recepción.
¿Quién no ha sido testigo del ring ring sin contesta, hasta que cesa el sonido, porque al otro lado de la línea el interesado desistió?
Hay lugares, donde funcionan pizarras telefónicas y a la entrada de cualquier institución u organismo, en los que es visible el personal encargado de atender las llamadas; en otros, esa ocupación pareciera caer en terreno de nadie, debido a la distribución del personal y posiblemente hasta de la plantilla.
Pero exigir por lo establecido y crear las condiciones compete a la administración, no al cliente. Precisamente el llamado de Madeleine en su carta es a cumplir con esa responsabilidad y no en particularizar sucesos al respecto, si bien concluyó su texto contando lo acontecido en una oficina del carnet de identidad a la que estuvo llamando para saber si ya podía recoger el documento, y de lo contrario evitarse un viaje infructuoso, además de fatigante para sus 72 años.
Al final tuvo que ir, su carnet no estaba, y cuando le preguntó a la compañera encargada de atender el teléfono por qué no lo hacía, le respondió que porque tenían mucho trabajo. Y en ese momento, también el ring ring quedó sin respuesta.
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Completamente de acuerdo, más que contamos con Etecsa una de las instituciones que mejor trabaja en nuestro país, como población merecemos ese respeto.
La desatención es un mal generalizado en las empresas de administración estatales, que si sucediera en una privada se resolvería al instante. A estas alturas nadie desconoce la causa, pero pocos se atreven a tomar el toro por lo cuernos. Incluyendo la prensa.
Merecemos respeto, pero pasa porque no hay exigencia ni control
Esto tambien creo es Proteccion al cliente se trata de un tubo por cierto pequeno para el precio $340.00 de una jamonada de salchicha segun decia la tablilla que ponen con los precios y el producto en oferta de muy mala calidad para valer tanto la compre en el mercado de neptuno y lealtrad ,creo la ministra e finanzas y precios debe ponerse en funcion de los precios y la calidad del producto que se le oferta al pueblo
La falta de supervisión y control es uno de los males que a diario nos aquejan y es hora de que los organismos superiores acojan este tema dentro de sus prioridades; pongo tres ejemplos frecuentes: 1.- El mencionado en este artículo.¿Algún OACE y OSDE ha decidido incluir esta acción de control en su accionar? O sea, llamar por teléfomo a sus propias instancias subordinadas para comprobar si cogen el teléfono. Sería muy positivo conocerlo y que se publicaran sus resultados. 2.- Existen criterios de que ya los Inspectores del transporte no están parando vehículos estatales para facilitar la transportación de la población. ¿Pudiera indicarse al Poder popular que chequee esta tema, previo conocimiento que informe el MiTRANS sobre la ubicación física de sus inspectores? Se ayudaría en algo a esta probñemática diaria. 3.- El tercero vendría muy bien para prevenir la acción delictiva y sería muy positivo que el MINCIN y el Poder Popular ubicara personal fuera de las bodegas que, previa identificación, chequeara el peso de lo que se ha despachado a los consumidores, bien con un medio de pesaje portátil, que existen, o utilizando la misma báscula de la bodega que muchas veces se coloca de forma que el cliente no puede ver el peso de lo que compra.