Fidel es uno de esos hombres que brillan con luz propia, que no necesitan del astro Sol para resplandecer porque sus accionar en la vida los hace sobresalir entre los demás. Quizás por eso gran parte del mundo lloró su partida aquel 25 de noviembre de 2016, pero ni la muerte pudo arrancarlo del corazón de cada cubano.

Una de las personas que pudo compartir con el líder histórico de la Revolución cubana los duros momentos que atravesó nuestro pueblo en los años 90 del pasado siglo es la periodista Maribel Acosta Damas, quien decidió revivir, en exclusiva para Tribuna de La Habana, esos recuerdos que atesora en la memoria.

periodista Maribel Acosta Damas Foto: Facultad de Comunicación

“Yo, como muchos de mi generación, lo tuve cerca porque Fidel iba a todas partes. Se relacionaba con todas las personas y para los periodistas fue un lujo haber compartido con él.

Empecé como periodista a finales de 1986 y todavía recuerdo la primera vez que lo vi. Fue en la inauguración del cardiocentro William Soler. Yo era jovencita y estaba allí cubriendo la noticia cuando Fidel llegó. Al verlo me paralicé le miraba las manos, la boca, las pecas y se me olvidó que estaba reportando. Recuerdo entonces que cuando llegué al noticiero yo aparecía en todos los planos y ese día me regañaron porque debía atender a la noticia, pero era incapaz de concentrarme teniendo a Fidel delante.

“Después estuve en Camagüey cuando aquel 26 de julio de 1989, él dijo que si un día la Unión Soviética se desintegraba, que esperaba no ocurriera jamás, aun así Cuba seguiría defendiendo el socialismo. En esta ocasión lo entrevisté, incluso tengo una foto memorable de aquellos momentos.

En los duros tiempos del período especial Fidel iba a todas partes, hablaba con la gente, daba ánimo, explicaba por qué había que salir adelante, resistir y preservarnos. A mí como periodista me tocó muchas veces estar en esos escenarios. “Escuchándolo comprendí quién era yo como ser social porque el tránsito por los distintos momentos, la construcción del socialismo, la Unión Soviética, el campo socialista, el hecho de que pronto desapareciera nos confundió mucho, nos entristeció, nos dio duda. En esos años trabajando duro, dando la cara, resistiendo, escuchando a Fidel, comprendí lo que representaba el proyecto socialista de la Revolución Cubana.

“Lo que aprendí del Comandante entre los muchos legados que él nos ha dejado es la imaginación y la creatividad. Nosotros tuvimos cerca al hombre más creativo del mundo por tanto no nos puede faltar nunca la imaginación porque esta puede, junto con la inmensa vocación de llegar a donde uno quiere, saltar los muros más enormes.

“Eso lo enseñó Fidel y en estos días cuando estamos viendo la situación de los médicos cubanos del programa Más Médicos en Brasil, su regreso y algunas contradicciones sobre el asunto, para Fidel no habría tenido discusión simplemente porque la dignidad no se pone en discusión. En acciones como esta vive nuestro Comandante y cuando se están cumpliendo dos años de su desaparición física, ese es el Fidel que hay que tener y que nos hace falta”.