El Consejo Popular de Jesús del Monte, en el municipio de Diez De Octubre, en La Habana, restaña las heridas que le dejara el tornado que el 27 de enero asoló a varios municipios de la capital. Múltiples han sido las medidas tomadas por el Estado con el fin de restaurar cuanta edificación fue afectada, e igualmente inmensa resulta la solidaridad de los cubanos con aquellas personas que lo perdieron todo, o casi todo.
Tribuna de La Habana pudo comprobar este martes cómo marchan las labores de recuperación en los inmuebles dañados. El primer lugar al cual acudimos fue el punto de venta de materiales ubicado en Calzada de Luyanó, entre Pamplona y San José. Allí conversamos con Andys Díaz Galindo, administrador de ese establecimiento, quien nos refirió no tener problemas con los abastecimientos.

Al momento de nuestra visita, allí estaba descargado bloques una rastra, además de contar con tanques para agua (de 1500, 1000, 750 y 75 galones, respectivamente), cemento, arena, polvo de piedra, tejas, ventanas de varios tipos al igual que las puertas, y acero, entre otros elementos en existencia.
En ese establecimiento hasta la fecha se han atendido más de 400 casos de los cerca de 800 que tienen tramitados. La respuesta ha sido rápida, máxime si se tienen en cuenta que ese punto de venta comenzó el 31 de enero a recibir los materiales y el primero de febrero iniciaron las ventas. Desde ese momento, los horarios de trabajo se convirtieron en jornadas maratónicas que dan inicio a las 9:00 a.m. y pueden extenderse hasta las 10:00 ó 11:00 p.m.

Otro punto a favor de los damnificados es la transportación de los elementos de construcción, la cual corre a cargo del Estado. Allí pudimos hablar con varias de las personas que acudían a buscar sus materiales, y en todos los casos las opiniones fueron favorables, pero sobre ellos, estaremos hablando en próximos trabajos.
De allí partimos a ver algunos de los damnificados en ese Consejo Popular, y la realidad superó todas las expectativas, Jesús del Monte parecía un hervidero de personas enfrascadas en un solo propósito: restaurar cuanto había sido afectado por el tornado. En la intercepción de Mangos y Delicias nos encontramos con varias edificaciones que se estaban levantando desde cero, otras con un alto nivel de deterioro y algunas donde las afectaciones habían sido menores. En todas ellas primaba un elemento común: la solidaridad entre los vecinos para apoyarse unos a otros y a los constructores que allí estaban laborando a pie de obra.

La presencia en ese lugar de Luis Antonio Torres Iríbar, Primer Secretario del Comité Provincial del Partido en La Habana, y de Reinaldo García Zapata, presidente de la Asamblea Provincial del poder popular, junto a Giovanni Barrueta Ordóñez, Primer Secretario del Partido en el municipio, renovaba los ánimos de quienes se sabían no estaban solos, máxime porque no era la primera vez que las autoridades de la capital llegaban hasta ellos. En el recorrido que hicieron por varias de las casas afectadas, los dirigentes se detuvieron a examinar la calidad de las ejecuciones y se interesaron por el estado de ánimo de la población.
Cualquier inquietud que surgía era rápidamente atendida por ellos, algo que sus interlocutores agradecían, pues como dice Torres Iríbar, la Revolución no va a dejar abandonado a nadie. Allí se vieron historias que bien valen una crónica, motivo por el cual invitamos a nuestros lectores a seguir de cerca esta edición digital de Tribuna donde, en próximos trabajos, habremos de hacerlas públicas. Por el momento, baste decir que en Jesús del Monte, en el municipio de Diez de Octubre, la palabra solidaridad se ha transformado, desde el 27 de enero, en el buenos días de cada amanecer.