La Empresa Eléctrica de La Habana trabaja para restañar lo antes posible las severas afectaciones al servicio, ocurridas tras el paso del tornado que azotó a la capital cubana en la noche de este domingo.

Postes caídos, y kilómetros de líneas derribadas  por los estragos de vientos de más de 300 kilómetros por hora,  fue el resultado de los embates del fenómeno meteorológico que impactó con fuerza en los municipios de Regla, Guanabacoa, La Habana del Este y Diez de Octubre.

En el Consejo de Defensa Provincial en La Habana, se informó de afectaciones en más de 10 áreas de líneas de 110 Kv, y 3 subestaciones de servicios que deben ser restablecidas en las próximas horas.

Como es habitual ante contingencias de esta magnitud, la ciudad recibe apoyo en brigadas y aseguramientos materiales desde  otros territorios del país.

Se supo que ya se encuentra en la capital un equipo de linieros y especialistas procedentes de la hermana provincia de Mayabeque, y continúan arribando brazos y recursos  con la encomienda  de devolver la vitalidad energética.

En estos momentos los municipios afectados evalúan la magnitud real de los daños, a fin de trazar las estrategias correspondientes que aceleren las labores, con la calidad requerida, y sin descuidar las medidas de seguridad del personal expuesto a riesgos.

Se llama a la población a no tocar cables caídos, ni cometer ninguna otra imprudencia que pueda poner en peligro sus vidas o generar accidentes.

Además del número habitual del Centro de Llamadas de la Empresa, que es el 188 88, fueron habilitados otros para atender a la población, mediante el 7646 3280 al 86; el 7646 32 88, 7646 3289 y  7646 32 91.

Desde horas muy tempranas de este lunes la capital cubana se aprestó a enfrentar su recuperación, tras el paso del potente tornado que golpeó varios barrios de La Habana y provocó la muerte de tres personas, heridas a otras 172 y dejó parte de la ciudad entre escombros y en la penumbra.

De acuerdo con el Instituto de Meteorología, el paso de tornados por la capital cubana no es un fenómeno cotidiano. Uno de los más recordados es el del 26 de diciembre de 1940 que impactó en la localidad de Bejucal.