Durante más de un año de enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19, las Universidades de Ciencias Médicas de todo el país han desempeñado un rol determinante en el acompañamiento al sistema de Salud cubano, desde la Atención Primaria de Salud, al Trabajo Comunitario Integral (TCI) conocido como pesquisa activa, imprescindible herramienta sanitaria para incrementar la vigilancia clínico-epidemiológica de la población e identificar de forma oportuna los casos sospechosos, los posibles casos positivos, hasta la atención en centros de aislamiento.
Juan Eduardo Martínez Arencibia, estudiante de sexto año de la carrera de Ciencias Médicas, perteneciente a la facultad “Calixto García” y residente en el habanero municipio de Playa, accedió brevemente a conversar sobre sus experiencias y vivencias en el enfrentamiento a la COVID-19.
¿Cómo valoras tu experiencia en la labor de la pesquisa activa en la comunidad?
- Cuando comenzó la pandemia todavía me encontraba en la rotación de 5to. año de la carrera de Medicina, pensábamos que era como un simple catarro, las personas le daban poca importancia, y de un día para otro pasamos de las actividades docentes a participar de manera masiva en la pesquisa activa.
"Epidemiológicamente es de vital importancia, ya que estamos en interacción con las personas y podemos identificar posibles casos que manifiesten síntomas de la enfermedad y detectarlos a tiempo para su atención, así disminuye también el número de contactos y el riesgo en la población; el diálogo con las personas me ayudó a entender mejor qué está sucediendo en el barrio, a conocer con quiénes tuvieron contacto.
"Como anécdota, me tropecé con personas que al momento del control, no presentaban síntomas y después al día siguiente cuando regresábamos, no estaban, porque presentaron posteriormente síntomas y ya se habían presentado en el policlínico".
¿Cómo han contribuido las tareas que has desempeñado, para tu futura labor como profesional de la Salud? ¿Cuál ha sido tu mayor reto?
- En 6to. año, mi labor ha sido en los cuerpos de guardia, y en las diferentes rotaciones que indirectamente también te relacionan con la COVID-19.
"En los últimos meses me he desempeñado en los consultorios del médico de la familia, fundamentalmente en labores de apoyo. Estos me han aportado mucha experiencia, la posibilidad interactuar con los pacientes, saber cuál es el que está más necesitado, el más vulnerable, tener un conocimiento completo tanto de él como de su situación familiar, lo cual te ayuda a comprenderlo, cómo aplicar el tratamiento adecuado, y en el contexto de la pandemia, tomar siempre las medidas de bioseguridad e higiénico-sanitarias correctas.
"El mayor desafío al que me he enfrentado, es cuando he tenido que hablar con pacientes que han resultado positivos a la enfermedad, o han sido sospechosos o contactos.
"Desde el mes de junio me encuentro participando en la vacunación en un vacunatorio en mi área de residencia, en la sala de observación de los ya vacunados. Ha sido una práctica muy valiosa desde la preparación de las condiciones hasta el propio proceso de vacunación, recibiendo una gran aceptación y consideración por parte de la población, muy buena, entendible, amable y de apoyo".
Igualmente, comentó que esta marcha satisfactoriamente, no ha observado ninguna reacción adversa, solo algunos casos de hipertensión arterial, principalmente por causas emotivas o por el estrés, algunos antes de llegar a vacunarse.
Considera de mucho beneficio estar vacunados, pero siempre recordando que por el momento la vacuna por sí sola no nos protege, no se debe perder la percepción de riesgo, ni bajar la guardia, las personas deben seguir tomando las medidas de precaución, como el uso del nasobuco, soluciones desinfectantes, lavado de manos y superficies, así como el distanciamiento físico y social, todo ello es lo que contribuye a resguardarnos a nosotros, la familia y vecinos.
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