El 30 de junio de 2015, el nombre de la ciencia cubana volvía a brillar. Ese día, la Organización Mundial de la Salud (OMS) validaba el resultado alcanzado por la Salud en la Mayor de las Antillas en la eliminación del contagio de VIH y sífilis de madre a hijo, convirtiéndose así en el primer país del mundo en obtener semejante reconocimiento y abriendo paso a lo que muchos llamaron una generación libre de SIDA. Tal condición fue ratificada en septiembre de 2019.
El logro fue reconocido por las máximas autoridades de las organizaciones de la Salud en el mundo, catalogándolo como un gigantesco paso en la lucha por la erradicación de esa pandemia, y como evidencia del acceso universal de los cubanos a los servicios sanitarios a todos los niveles.
Para ello, fue necesario cumplir con los requerimientos que la OMS había publicado el año anterior bajo el título: Lineamientos sobre los procesos y criterios mundiales para la validación de la eliminación de la transmisión madre a hijo del VIH y la sífilis, donde se especificaban los indicadores, de los cuales el más importante es que deben nacer menos de 50 niños con VIH por cada 100 000 nacidos vivos. Además, la tasa de transmisión del VIH de la madre al hijo debe ser inferior al 2 %.
Fue entonces que un grupo de expertos de países como Argentina, Bahamas, Brasil, Colombia, Italia, Japón, Nicaragua, Surinam, Estados Unidos y Zambia, visitó Cuba en marzo de 2015. Durante su estancia de cinco días visitaron centros de Salud, laboratorios y oficinas gubernamentales. Los resultados fueron concluyentes. Pudieron comprobar cómo Cuba asegura el acceso temprano a atención prenatal para todas las mujeres sin distinción y acompaña el proceso de gestación sin escatimar recursos, poniendo al alcance de la futura madre tecnología de primera, medicamentos, cuidados y orientación.
Una investigación profunda permite en ese sentido detectar la presencia de VIH, sífilis o cualquier otra enfermedad de transmisión sexual y aplicar los protocolos para evitar la infección del bebé, de tal suerte que hoy en Cuba se encuentra entre los 35 países del mundo con la mortalidad infantil más baja, según una información publicada en el portal Infomed en enero de 2020 y mostrar indicadores similares a países altamente desarrollado.
Por eso, este 30 de junio es un día para recordar la importancia que el estado cubano otorga a la vida de sus ciudadanos, tanto de los nacidos, como aquellos por nacer, evidencia de su profunda conciencia humanista, en lo más arraigado de su sistema social.
Viva Cuba .