Al ser la Covid-19 una enfermedad reciente, los médicos y científicos tienen poca experiencia sobre su impacto, pero varios estudios indican que un porciento significativo de los infectados, que padecían una o más enfermedades crónicas como cardiovasculares, respiratorias, diabetes, entre otras, han presentado un cuadro más grave de la enfermedad y una tasa de mortalidad superior a los pacientes sin comorbilidades. 

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. Afectan por igual a hombres y mujeres. Esto se debe fundamentalmente a la falta de prevención de la población, que no valora la importancia de una dieta sana, sin exceso de grasa, sal y azúcar; realizar ejercicios físicos y evitar el abuso del tabaco y el alcohol. 

Para controlar el riesgo cardiovascular se recomienda medir la presión arterial, el azúcar y los lípidos en sangre, pues la hipertensión (que puede ser asintomática), la diabetes y el colesterol alto pueden ser causa de infartos de miocardio o accidentes cerebro vasculares. 

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), plantea que entre el 20% y 35% de la población adulta de América Latina y el Caribe es hipertensa, valor que ha aumentado en los últimos años, aparte que muchos desconocen su condición. 

En Cuba, con una alta expectativa de vida, existe gran cantidad de personas con este tipo de padecimientos crónicos, que por lo general tienden a ser más frecuentes con los años. Esto significa que existe un significativo por ciento de la población que de padecer la Covid-19, podría correr más riesgo de complicaciones.

¿Por qué en un paciente con enfermedad cardiovascular pudiera agravarse un cuadro gripal o de Covid-19? 

En una gripe común puede presentarse cuadros con fiebre por encima de los 38°C, en los que aumenta la frecuencia cardíaca, con taquicardias. Esta situación normalmente es tolerada por un organismo muy sano, mientras que a algunas personas con problemas cardíacos, de las válvulas, infartos previos, operados, con insuficiencias cardíacas, o arritmias, les puede generar una descompensación. 

Eso es lo que ocurre en general con la gripe, lo cual podría ser equivalente con la Covid-19, que además puede provocar más complicaciones a nivel respiratorio y de oxigenación, lo que eleva el riesgo de los pacientes con problemas cardiovasculares. 

Tienen mayor riesgo de complicaciones pacientes con comorbilidades como la enfermedad coronaria (algunos tienen una enfermedad coronaria muy controlada y otros tienen cuadros más inestables, quienes deben tener más riesgos; los que han padecido o no un infarto previo, que han recibido cirugía de bypass, o que han recibido angioplastias o stents en las arterias del corazón. También enfermedades de las válvulas del corazón, sobre todo cuando hay valvulopatías o los que tienen insuficiencia cardíaca. 

Se dice que el nuevo coronavirus va a descompensar a los que presentan más complicación cardiovascular pero genéricamente se puede decir que todos los pacientes con cardiopatías tienen más riesgos cuando son sometidos a una infección de este tipo. En este caso, la infección podría afectar al corazón y los pulmones. Se dice que el músculo del corazón tiene que trabajar más porque es probable que los pulmones, los principales afectados por el virus, no puedan llevar suficiente oxígeno al corazón. 

¿Qué sucede con los pacientes con hipertensión? 

La hipertensión es una enfermedad de las arterias, que puede o no comprometer el corazón, no todos los hipertensos están en la misma categoría. Algunos hacen referencia que utilizar enalapril, perindopril, olosartán, valsartán, telmisartán, etc, medicamentos para controlar la hipertensión arterial, puede constituir un factor de riesgo para tener complicaciones graves. 

Sin embargo, las sociedades científicas, la Sociedad Europea de Hipertensión Arterial, la Sociedad Argentina de Cardiología, hasta hoy no avalan modificar ninguna conducta en cuanto al uso de estos medicamentos. Es decir, los pacientes tienen que seguir utilizándolos para mantener su presión y eventualmente los médicos, según el curso de la enfermedad, si correspondiera, podrían decidir suspenderlos o no. 

¿Y con Diabetes?

Se dice que con el paso del tiempo, los altos niveles de azúcar en la sangre, una característica distintiva de la diabetes, pueden dañar los vasos sanguíneos del cuerpo, y entonces poner en peligro la función pulmonar, lo que podría hacer más susceptible a complicaciones a alguien que padezca una infección respiratoria, como la COVID-19. 

Las infecciones virales también pueden incrementar los niveles de inflamación en las personas con diabetes y elevar el riesgo de enfermedades potencialmente fatales en las que la sangre se vuelve muy ácida, según indica la American Diabetes Association (ADA). Ambos pueden ser potencialmente mortales. Por eso la ADA recomienda mantener la diabetes bajo control, pues plantean que de esta manera el riesgo de enfermarse de gravedad por una infección de coronavirus es similar al del resto de la población. 

Es sumamente importante que las personas con diabetes, tanto tipo 1 como tipo 2, tengan suficientes suministros de insulina y otros medicamentos para la diabetes, a la mano, para limitar los viajes a la farmacia durante la propagación del virus. La ADA también recomienda tener provisiones de carbohidratos simples (miel, mermelada, caramelos, etc.), para mantener elevado el nivel de azúcar en la sangre si está en riesgo de que le baje demasiado, o si tiene falta de apetito por estar enfermo. 

Los altos niveles de azúcar en la sangre dañan a muchos sistemas diferentes del cuerpo, entre ellos el sistema inmunitario. Es por eso que mantener la diabetes bajo control, también conlleva a una mejor función inmune. 

Pero la diabetes y las enfermedades cardiovasculares no son los únicos trastornos que pueden complicar la infección del coronavirus. Las personas con un sistema inmunitario comprometido también tienen más probabilidades de enfermarse de gravedad si contraen la infección. Lo mismo ocurre con aquellos con enfermedades renales y pulmonares. 

De cualquier manera, deben tener las mismas precauciones que el resto de la población para reducir el riesgo de enfermarse: lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos, usar un desinfectante para manos a base de alcohol cuando el jabón no esté disponible, o hipoclorito; limpiar las áreas que se tocan frecuentemente, mantener una adecuada higiene, evitar tocarse la cara, la nariz y los ojos, sin antes lavarse las manos; y utilizar el nasobuco si le es imprescindible salir. 

En general, lo más importante es el aislamiento social, pero las personas que padecen enfermedades crónicas, así como los adultos mayores, deben ser más rigurosos con esta medida. Además, se recomienda hacer ejercicios físicos en casa, con una dieta lo más sana posible, y continuar el tratamiento indicado por su médico, para mantener compensadas estas enfermedades. 

Referencias 

  • Coronavirus, cardiopatías e hipertensos: ¿qué riesgos corren los pacientes con problemas del corazón?
  • Cómo las enfermedades crónicas complican las infecciones por coronavirus