El Día Mundial de la Tuberculosis se conmemora cada 24 de marzo a fin de generar una mayor conciencia respecto a esta epidemia mundial; sus impactantes consecuencias sociales, económicas y para la salud; y acelerar los esfuerzos globales para poner fin a la Tuberculosis (TB), que constituye una de las diez causas principales de muerte en el mundo, y la principal debida a un solo agente infeccioso: el bacilo Mycobacterium tuberculosis.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la TB sigue siendo la enfermedad infecciosa más letal del mundo. Cada día mueren más de 4000 personas por esta causa y alrededor de 30 000 contraen esta enfermedad prevenible y curable.
Se estima que los esfuerzos mundiales por luchar contra la TB han salvado 58 millones de vidas desde el año 2000. Para acelerar la respuesta a la TB y alcanzar las metas propuestas, los Jefes de Estado celebraron en septiembre de 2018 la primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la TB, en la que se comprometieron fehacientemente a poner fin a esta enfermedad.
El lema de 2020: “Es hora de actuar”, pone a relieve la urgencia de adoptar medidas para cumplir los compromisos adquiridos por los líderes mundiales: aumentar el acceso a la prevención y el tratamiento; establecer la rendición de cuentas; garantizar una financiación suficiente y sostenible, en particular para la investigación; poner fin a la estigmatización y la discriminación, y promover una respuesta a la TB que sea equitativa, basada en los derechos y centrada en las personas.
La campaña de este año se centra en acelerar el compromiso para terminar con la TB, no solo a nivel político con los jefes de estado y de gobierno sino también con gobernadores, alcaldes, parlamentarios, líderes comunitarios, personas afectadas con tuberculosis así como médicos, enfermeras y demás trabajadores de salud, organizaciones no gubernamentales, miembros de la sociedad civil.
A nivel mundial muchas personas que contraen Tuberculosis (TB) no logran acceder de manera rápida a un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz. Es necesario encontrar métodos adecuados para llegar a estas personas, pues todos deben tener derecho a una atención antituberculosa.
Forma de trasmisión y factores de riesgo de la TB
Esta enfermedad contagiosa se propaga a través del aire y la fuente de infección son las personas que tienen activa la enfermedad. Los enfermos pueden transmitirla al hablar, toser, estornudar o expectorar. Aunque se desarrolla predominantemente en los pulmones, también puede afectarse el sistema nervioso central, el sistema linfático, circulatorio, genito urinario, gastrointestinal, los huesos, articulaciones y la piel.
Por lo general se manifiesta entre las dos y diez semanas después de estar infectado. Sin embargo, una persona puede tener la mycobacteria tuberculosa y no presentar síntomas durante años. Si por alguna razón se debilita su sistema inmune, esto propiciará el desarrollo de la enfermedad. Se estima que un cuarto de la población mundial está infestada con este bacilo, y por tanto, expuesta a la enfermedad
No obstante, es una enfermedad prevenible y curable. Por eso se debe establecer una vigilancia de las personas en riesgo y vulnerables, pero siempre evitando actitudes discriminatorias hacia los que padecen TB.
Existen diferentes factores de riesgo como: la infección de VIH, el alcoholismo, drogadicción, tabaquismo, la insuficiencia renal crónica, malnutrición, los niños menores de cinco años y los ancianos, la reclusión; y las malas condiciones de vivienda, sobre todo de humedad, poca ventilación y hacinamiento.
Prevención y control de la TB en Cuba
Aunque existe un Programa de Prevención y Control de la TB, establecido por el Sistema Nacional de Salud, con resultados favorables, Cuba no escapa de esta enfermedad. Por ello, entre otras medidas, promueven charlas educativas en los barrios y policlínicos y se apoyan en activistas de la comunidad para extenderlas a diferentes centros laborales.
En las pesquisas se priorizan los grupos vulnerables: personas que de alguna manera hayan podido estar expuestas al bacilo de la TB (por ejemplo, en contacto con un paciente enfermo), reclusos o ex reclusos, pacientes con VIH u otras inmunodepresiones, niños menores de cinco años, adultos mayores de 60 años, diabéticos, desnutridos; personas con adicciones: alcoholismo, tabaquismo y drogadicción.
Se recomienda que si una persona tiene síntomas, como tos prolongada por más de 21 días, expectoración con hemoptisis (con sangre) o sin ella, por la boca; febrícula, decaimiento, entre otros, debe acudir al médico de familia.
Cuando esto ocurre, se realizan varios estudios: el esputo bacteriológico, rayos x de tórax, valoración clínica y epidemiológica, en casos difíciles la prueba X pert, junto a otros exámenes complementarios, que permiten hacer el diagnóstico y comenzar el tratamiento.
El período de transmisibilidad es todo el tiempo durante el cual se expulsan los bacilos infecciosos de la TB por lo que se deben tomar medidas sanitarias: aislamiento domiciliario, higiene estricta, utilizar utensilios personales, nasobuco, de ser posible dormir en un cuarto ventilado y evitar el hacinamiento en la vivienda.
También se realizan los estudios a las personas que tienen contacto con el paciente; si se diagnostica que no tienen TB se comienza un tratamiento de quimioprofilaxis. Los tratamientos son supervisados por el médico y la enfermera del consultorio de la familia, quienes le suministran los medicamentos.
El tratamiento es gratuito y se extiende alrededor de siete meses. Mientras dura la enfermedad, el paciente cesa de trabajar sin dejar de recibir el salario, y le expiden una dieta. Luego del último esputo con cultivo negativo, se le da el alta de curado, y se le hace un seguimiento epidemiológico durante dos años.
En la Isla existe compromiso y voluntad política en el accionar del Estado, asociaciones y organizaciones. Sin embargo, es necesario el esfuerzo y contribución de toda la sociedad para eliminar la TB en los centros de estudio, trabajo y comunidad.
Enfrentar el reto de la lucha contra esta enfermedad y encontrar técnicas novedosas para su erradicación es tarea de todos. Es imprescindible establecer diferentes acciones de acuerdo a la situación epidemiológica y las características de cada territorio, con el apoyo de la comunidad, sobre todo en el autocuidado. Es hora de actuar para poner fin a la TB.
Referencia
Una aclaración necesaria: En el título del artículo debe decirse "Infectadas" en lugar de "infestadas". No significan lo mismo. Hemos escuchado hasta a algunos ministros incurrir en este error por estos días, y nos parece que hay que corregir este mal uso de la palabra antes de que se continue generalizando.