La saliva, ese fluido biológico transparente, incoloro e inodoro que habita en el espacio bucal humano, resulta un importante elemento del cuerpo al que no suele dársele la trascendencia merecida, sin embargo es una fiel guardiana de la salud y hasta garante de una linda sonrisa.
Y para no dudarlo, estudios científicos han probado que ella es capaz de crear una capa protectora con agentes antimicrobianos que evita las caries y las infecciones, y regula el pH de la boca.
Proporciona a las personas placeres como la degustación de los alimentos, en tanto humidifica y lubrica la mucosa bucal y los labios, por lo que también tiene participación en un gran beso.
Como si fuera poco, esas indagaciones la hacen responsable del control de la microbiota oral, la limpieza de la capacidad bucal, conservación de los tejidos orales, propiedades digestivas, diluyentes y atemperadoras y fuente para diagnósticos.
Según expertos del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias de Biociencia Salival, de la Universidad de Akron, en una pequeña muestra de ese líquido algo viscoso pueden encontrarse altos contenidos proteicos y de manera especial una proteína fundamental para el estudio de dolencias cardiacas, la llamada C-Reactiva, la cual se halla en la saliva en cantidades enormes cuando existe una afección del corazón.
De acuerdo con esas fuentes la personalidad también pasa por ese fluido, al revelar las formas de los contenidos de cortisol en ella los factores de estrés, los conflictos emocionales y la tensión que puede estar sintiendo una persona.
Corroboraron además que en la saliva de una madre hay ciertos elementos que ayudan a los recién nacidos a fortalecer su sistema inmunológico, promover su crecimiento y mejorar su desarrollo.
El código genético completo de cada individuo está en ese líquido bucal y del cual se puede extraer el ADN más fácilmente que de otros elementos, análisis para el cual se requiere solo la mitad de una gota.
Espacios digitales coinciden en que el ser humano produce entre uno y dos litros de saliva diariamente, durante toda la vida unos 43 mil litros y de no llegar a esas cantidades, es muy posible que se esté en presencia de la xerostomía o el síndrome de la boca seca, mal producido por deshidratación o alteraciones en la función de las glándulas salivales debido a estimulación insuficiente o a situaciones de estrés, entre otras causas.
En estos casos, se requiere de ayuda especializada y expertos destacan la conveniencia del empleo del chicle sin azúcar en la higiene bucal, pues al masticarlo, estimula el flujo salival, neutraliza los ácidos y recupera el pH natural de la boca, remineraliza el esmalte dental y alivia la sequedad en esa cavidad.
Compuesta en un 99 por ciento (%) por agua, el resto es una mezcla de fluidos corporales y la más importante de sus funciones es la antibacteriana y la segunda, la cicatrizante, al proteger el cuerpo de las lesiones, mediante enzimas como la lisozima, encargada de matar las bacterias y agentes externos.
Tras saber los múltiples beneficios facilitados por la saliva a la salud humana, seguramente en lo adelante tendrá un mayor reconocimiento para este elemento, genuino habitante de la boca y garante de la mejor sonrisa.
(Tomado de ACN)

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