Mejorar la calidad de vida de los niños que padecen de insuficiencia renal crónica terminal es una prioridad para el personal de salud del Centro de Referencia Nacional de Nefrología Pediátrica del Hospital Pediátrico Centro Habana, donde comenzaron a realizar trasplantes renales desde 1988; hasta la fecha se han hecho 142 trasplantes renales, 30 de donante vivo y 112 de donante fallecido.

El más reciente se le realizó al niño de 16 años, Hansel Calvo del Rosario, natural de Cienfuegos, quien vivía con numerosas limitaciones. Sus padres Irina y Hayle, que además tienen dos hijos, están muy felices porque ahora Hansel podrá tener una vida completamente normal como cualquier niño. Antes tenía una dieta muy limitada y apenas podía tomar agua, su mayor ambición. Ahora su aspiración es llegar a ser enfermero de Hemodiálisis para lo cual contará con el apoyo de su familia, quienes agradecen la labor de médicos y enfermeros de esta institución que les cambió la vida.

Para conocer sobre la labor de este centro hospitalario Tribuna de La Habana dialogó con el Dr. José Florín Yrabien, jefe del Servicio de Nefrología: “En todo el país, estamos siempre al tanto de la actividad de trasplante, diálisis, y hemodiálisis, que consideramos un período de tránsito, pues nunca va a ser el tratamiento ideal, porque el ideal para la insuficiencia renal crónica terminal es el trasplante renal exitoso”. 

Foto: Norma Ferrás Pérez

¿Cómo considera los resultados obtenidos?

Verdaderamente estamos bastante satisfechos con los resultados, a pesar de las dificultades que habitualmente podemos encontrar, sobre todo con los medicamentos, que son importantísimos para que el riñón tenga una vida útil. Estos son muy costosos, y muchas veces hay que adquirirlos en terceros países debido al bloqueo económico y comercial impuesto a Cuba por los Estados Unidos, lo cual ha afectado la actividad de trasplante. Lo más importante es que seguimos haciéndolos, seguimos teniendo niños con calidad de vida, que se han reintegrado a la sociedad, algunos han estudiado carreras universitarias, y nos satisface que podamos exhibir esos resultados, después de 31 años de labor ininterrumpida de trasplante renal, en nuestra institución.

También se hace en Santiago de Cuba, Villa Clara, Camagüey, pero son hospitales para adultos que asumen el trasplante de niños, por lo que somos el único hospital pediátrico del país que realiza esta actividad, siempre con el apoyo del Instituto de Nefrología. Cuando comenzamos a hacerlos con donante vivo fue de conjunto con el Hospital Hermanos Ameijeiras. Los más recientes, con donante vivo, han sido de conjunto con el Hospital Cimeq, porque la colaboración es muy importante para lograr los resultados esperados, o sea, que nuestros niños puedan tener una vida útil.

¿Qué porciento de los trasplantes han sido exitosos?

El porciento de supervivencia al año está entre 90 y 95 por ciento, si es con donante vivo porque logran mayor compatibilidad, y si es con un donante fallecido, aproximadamente un 70 por ciento. El donador puede ser alguno de los padres, o primos, tíos, o personas emparentadas emocionalmente, como parejas. No pueden ser hipertensos, diabéticos, o con alguna enfermedad crónica.

¿Cómo repercute en la vida de los niños?

Por ejemplo, Hansel no orinaba, porque hay pacientes con insuficiencia renal que orinan, pero él absolutamente no podía. El que tiene que venir al hospital tres veces por semana para hacerse hemodiálisis, está limitado para asistir a la escuela, van dos veces por semana, por lo que su rendimiento escolar disminuye. Pero existe la Diálisis peritoneal automatizada domiciliaria, en la que los niños pueden hacer prácticamente una vida normal porque este proceder se hace en horas de la noche, o la madrugada.

Foto: Norma Ferrás Pérez

Para esto se entrena a la familia, quienes se llevan una máquina para la casa, y luego los niños vienen una vez al mes a chequearse; estos pueden ir a la escuela, jugar, aunque como tienen un catéter puesto en cavidad abdominal no pueden ir a la playa, y alguna que otra limitación. Además, desde el punto de vista dietético tienen la ventaja de llevar una dieta mucho más amplia, no tienen que restringirse de muchos alimentos, sobre todo de agua, como pasa con algunos pacientes que están en Hemodiálisis. Pero con un trasplante renal exitoso su vida experimenta un vuelco de 180 grados.