El Día Mundial de la Salud Mental se conmemora cada 10 de octubre para sensibilizar a la población acerca de los trastornos mentales, así como promover la inversión en servicios de prevención y tratamiento.
El tema propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2019 se centra en la prevención del suicidio, con el cuál se invita a la población mundial a prepararse para dedicar “40 segundos para actuar”, teniendo en cuenta que cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo.
Cada año, cerca de 800 mil personas fallecen por esta causa, y otras muchas intentan suicidarse. Cada suicidio es una tragedia que afecta a la familia, a la comunidad o a todo un país y tiene consecuencias duraderas en las personas cercanas a la víctima.
Cuidar la salud mental en los jóvenes para evitar el suicidio
La mayoría de los expertos coinciden en que la salud mental y las enfermedades mentales no son excluyentes. Es decir, la ausencia de un desorden mental reconocido, no es necesariamente un indicador de contar con una buena salud mental.
En la adolescencia y los primeros años de juventud ocurren diversas transformaciones biológicas, psicológicas, sexuales y sociales, y a veces son sometidos a frecuentes cambios de escuela o de hogar, la entrada en la universidad o al mundo laboral. Para muchos es una época apasionante, pero también pudiera ser causa de estrés o aprensión.
Cualquiera de estos aspectos puede generar conflictos, pues el adolescente se enfrenta a la presión social, es una época de mucha lealtad en las amistades, donde se sobrevalora la imagen y la aprobación de los iguales. En algunos casos, si no se reconocen y controlan, estos sentimientos pueden conllevar a padecer enfermedades mentales.
El incremento del uso de las tecnologías en línea, que sin duda aporta importantes beneficios, también puede generar tensiones, pues cada vez es mayor la adicción a conectarse a las redes virtuales en cualquier momento del día o la noche, donde tienen acceso a situaciones estresantes y de violencia. Muchas veces tratan de seguir patrones expuestos a través de una propaganda cada vez más llamativa con nefastas secuelas de depresión, enajenación y egocentrismo.
Otro escenario preocupante son los adolescentes que viven en zonas afectadas por emergencias humanitarias, como conflictos, desastres naturales y epidemias, siendo particularmente vulnerables a la angustia y las enfermedades mentales.
Según la OMS, la mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años, pero por lo general ni se detectan ni se tratan. Con respecto a la carga de morbilidad entre los adolescentes, la depresión ocupa el tercer lugar. El suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años. El uso nocivo del alcohol y de drogas ilícitas entre adolescentes y jóvenes es un gran problema y puede generar comportamientos peligrosos, como prácticas sexuales de riesgo, conducción temeraria o delincuencia juvenil. Otro problema son los trastornos alimentarios.
Muchos países han incrementado la promoción y la protección de la salud del adolescente, no sólo por resultar beneficiosa para su salud a corto y largo plazo, sino también para la economía y la sociedad, pues luego se convertirán en jóvenes sanos que podrán contribuir mejor a la fuerza laboral, a sus familias y comunidades.
Por ello, este 2019 la OMS y la OPS abogan para que aunemos esfuerzos en la prevención del suicidio en especial en los jóvenes. En todos los ámbitos donde estos se desenvuelven deben desarrollarse programas que den a conocer a adolescentes y jóvenes cómo cuidar su salud mental y ayudar a sus compañeros, padres y maestros a saber cómo prestar apoyo a quienes lo necesiten.
Salud mental en Cuba
El Sistema Nacional de Salud cubano tiene diversos Centros Comunitarios de Salud Mental (CCSM), para garantizar la ejecución de un programa asistencial, docente e investigativo sobre salud mental, desde la atención primaria. Esto posibilita la rehabilitación, promoción y prevención de enfermedades mentales en la población, con especial atención en adolescentes y jóvenes.
Estos brindan diversos servicios, entre ellos: Atención hospitalizada, Atención ambulatoria, Tratamientos especializados, Programas de rehabilitación psicosocial, Psicoterapias grupales, Medicina Natural y Tradicional. También ofrecen capacitación pre y postgrado, entrenamientos a líderes formales y no formales de la comunidad.
Desarrollan más de 13 programas en espacios de la comunidad, dirigido a grupos vulnerables, población en riesgo y población supuestamente sana. Además, realizan labores de prevención para evitar el tabaquismo, alcoholismo y el consumo de drogas, sobre todo en adolescentes y jóvenes, con acciones en escuelas y centros laborales. No obstante, la isla no está exenta de las mismas situaciones sociales que ocurren en otros países en esta etapa de la vida.
Referencias: Sitio web de la OMS, Enciclopedia cubana Ecured