El Día Mundial Sin Automóvil se celebra cada 22 de septiembre para sensibilizar a la población sobre el daño que provoca su uso masivo al medioambiente y la salud humana. Su objetivo fundamental es estimular la utilización de otras formas de transporte, realizar un estudio sobre el funcionamiento del transporte público e incentivar el uso de medios más eficientes y sustentables.
Como parte de las acciones por esta celebración, Londres designó al centro de su ciudad, como una zona de emisiones ultrabajas, una medida única en el mundo. Esto quieres decir que los vehículos que entran al centro urbano deben cumplir con los estándares de emisiones más estrictos que cualquier ciudad del mundo.
Muchas de las ciudades que celebran el Día Mundial sin Automóvil, también participan en la campaña #RespiraLaVida, dirigida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Coalición Clima y Aire Limpio .
La campaña apoya iniciativas para limpiar el aire, promueve el uso de energía sostenible y ayuda a ciudades, regiones y países a desarrollar políticas y programas para reducir la contaminación del aire. Al igual que los días sin automóviles, la campaña Respira La Vida enfatiza las medidas que las personas pueden tomar para mejorar la calidad del aire, por ejemplo, detener la quema de desechos, promover espacios verdes, caminar más o viajar en bicicleta.
De igual manera, el programa Share the Road del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente apoya a los gobiernos y otras partes interesadas en los países en desarrollo, a invertir en infraestructura para peatones y bicicletas.
La iniciativa se centra en el concepto de que todos comienzan y finalizan sus viajes como peatones y, particularmente en las ciudades, algunas personas dependen casi exclusivamente de caminar y usar la bicicleta. Sin embargo, los inversores y los gobiernos continúan priorizando el espacio vial para los automóviles.
La contaminación del aire urbano aumenta a un ritmo de 8% cada cinco años. El 95% de las ciudades a nivel global no cumplen con las pautas de la OMS. Esta contaminación es provocada por diversas fuentes naturales y por la actividad humana. Existen varios factores que influyen en este tipo de contaminación, pero uno de los principales es la emisión de monóxido de carbono, por los motores de combustión interna de los automóviles.
En las zonas más urbanizadas hay una mayor concentración de este gas, lo que provoca efectos nocivos para la salud. Los niveles altos de contaminación atmosférica afectan a las personas que padecen de asma y otros tipos de enfermedades pulmonares o cardíacas. Con frecuencia, los más perjudicados son los niños y ancianos, debido a la fragilidad de su sistema inmune.
Antecedentes
La idea de esta celebración surgió después de la crisis del petróleo en 1973, fecha en que comenzó a promoverse el uso de medios de transporte más eficientes. Pero no fue hasta 1994 que se practicó en algunas ciudades del mundo. Tres años más tarde, Gran Bretaña realizó la primera campaña a nivel nacional.
En el 2000, la Comisión Europea estableció la iniciativa en Europa y la extendió a una semana denominada: “Semana de la movilidad”. Ese mismo año se instituyó a nivel internacional, pero la mayor celebración se realiza en Bogotá, Colombia.
Algunas soluciones para disminuir la contaminación
El impacto de la contaminación del aire va más allá de la salud humana y la desigualdad, y tiene efectos perjudiciales en la economía, la seguridad alimentaria y la crisis climática.
Grandes urbes como Londres establecen regulaciones estrictas para limitar los niveles de contaminación del aire. A principios de este año, Seúl, en Corea del Sur, introdujo una nueva legislación que obliga a cada aula escolar a tener un purificador de aire, y Santiago de Chile sacó 200 autobuses eléctricos como parte de sus planes para electrificar el sistema de transporte público.
En América Latina y el Caribe el transporte produce 25% de las emisiones. Mientras el aire de la mayoría de las capitales de la región ha llegado a ser casi irrespirable, el ciclismo ha capturado la imaginación de miles de latinoamericanos.
Cuatro de las principales urbes de la región, Ciudad de México, Bogotá, Buenos Aires y Costa Rica, han tomado medidas para promover opciones de movilidad sostenible, que reduzcan la contaminación del aire y fomentan el uso de la bicicleta.
En Europa es cada vez más frecuente la tendencia a comprar autos que generen una menor contaminación. Algunos fabricantes han transitado hacia la electrificación del transporte con vehículos híbridos, es decir, que utilizan un motor de combustión interna y otro eléctrico; también se fabrican algunos vehículos eléctricos de batería, pero aún no son masivos y para que su uso sea amigable con el medioambiente la energía eléctrica debe ser renovable.

Está en manos de la humanidad disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, los cuales influyen negativamente en el calentamiento global de la Tierra. No se trata de renunciar a las comodidades de la vida moderna. El objetivo es eliminar la emisión de gases contaminantes y transitar hacia la utilización de fuentes de energía renovables, que favorezcan el desarrollo sostenible.
Referencias: Sitio web ONU medio ambiente, Pedaleando por un aire limpio en América Latina, Sitio web La bicikleta

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