Para muchos, una sonrisa sincera es el mejor regalo y más agradable aún si en ella los dientes son limpios y sanos. No importa su forma, pero sí su buen estado, sin sarro o manchas, sin contar con su importancia como uno de los primeros eslabones del sistema digestivo y elemento primordial para el desarrollo del habla.

Sin embargo, una enfermedad amenaza con sacarlos de su sitio. Se desliza silenciosa entre ellos, carcomiendo partes esenciales, desgastando a su paso los soportes dentales. No es un hada que luego traerá recompensas y mucho menos un tierno ratoncito que dejará monedas bajo la almohada.

Sobre la periodontitis, conversó Tribuna de La Habana con la especialista de I Grado en Periodoncia, Yesney Díaz Izquierdo, de la Clínica Docente Estomatológica Juan Manuel Márquez del municipio de Playa, quien es también especialista de I Grado en Estomatología General Integral y Máster en Urgencias Estomatológicas.

Doctora Yesney Díaz Izquierdo, especialista en Periodoncia Foto: Claudia Pis Guirola

¿Doctora, qué debemos entender por periodontitis?

–La periodontitis es una enfermedad crónica, no dolorosa e inmuno-inflamatoria que afecta a los tejidos que soportan al diente (ligamentos, hueso alveolar y cemento radicular) a partir de una ineficiente actividad del sistema inmunológico frente a las bacterias propias de la cavidad bucal, denominadas en sentido general, microbiota de surco gingival. En un escenario normal, el sistema inmunológico sería capaz de mantener controladas a dichas bacterias, pero bajo ciertas condiciones este equilibrio podría verse desbalanceado.

"La consecuencia más fatal de esta enfermedad es la pérdida dental, pero no todas las periodontitis son iguales y es posible, mediante tratamiento, evitar este desafortunado final."

¿Qué tipo de condiciones desencadenarían una periodontitis?

–La literatura describe cinco factores de riesgo fundamentales. El primero de ellos, como había mencionado es la microbiota de surco. El resto de los factores comparten su capacidad para influir en la depresión del sistema inmune: estrés, tabaquismo, diabetes mellitus y, no menos importante, el componente genético.

¿Cuánto influye la edad del paciente en la aparición de esta enfermedad?

–Mucho, de hecho, la periodontitis se clasifica en tres tipos de acorde a la edad del paciente: la crónica del adulto, la juvenil y la rápidamente progresiva. Cada una posee diferentes patrones de destrucción ósea, aparecen en distintos momentos de la vida y están asociadas o no a otras enfermedades.

“La crónica del adulto, generalmente, aparece después de los 35 años de edad, y casi siempre está vinculada al hábito de fumar pues este disminuye la acción de los linfocitos poliformo-nucleares, primera línea de defensa del sistema inmunológico. En el caso de las periodontitis juveniles los pacientes tienen una higiene bucal eficiente, con poca presencia de cálculos, placa, sarro, pero cuando se indaga, se descubre el mismo padecimiento en miembros de su familia o su sistema inmune está deprimido por otras enfermedades o condiciones, como el síndrome de Dawn o el síndrome de Papillon-Lefèvre.”

“En el caso de la rápidamente progresiva aparece también en edades tempranas, pero su evolución es muy agresiva y está relacionada a episodios de gran estrés en la vida del paciente o también puede tener relación con una diabetes mellitus descompensada.”

¿Ante qué signos de alarma se debe acudir al estomatólogo? 

–La periodontitis siempre está antecedida por una inflamación del periodonto de protección, la llamada gingivitis, aunque no todas las gingivitis desencadenan una periodontitis. Las principales señales de una gingivitis son el sangrado de las encías y su inflamación. Cuando la enfermedad ha avanzado hacia los tejidos de soporte, se presentan otros síntomas como movilidad dentaria (tener los dientes flojos) o la migración de la encía, esto es no rodea el cuello del diente como debe ser, sino lo cubre o bien está retraída, dejando al descubierto más hueso del usualmente visible.

“Son estos signos de alerta para visitar al estomatólogo general. Será él quien, con la sonda periodontal (un instrumento marcado en milímetros), penetre en el surco gingival para esclarecer si las bolsas en el área son reales o virtuales. Para confirmar periodontitis, las bolsas deben ser reales y ello lo determina la profundidad del surco gingival, la migración de la adherencia epitelial y la migración de la encía en sentido apical, hacia la raíz. Luego, se confirma el diagnóstico a través de rayos X periapicales, para determinar el nivel de afectación del hueso.”

Será el estomatólogo quien definirá la existencia de periodontitis y aconsejará su tratamiento Foto: Claudia Pis Guirola

Una vez diagnosticada la periodontitis, ¿en qué consiste su tratamiento?

–Por diferentes medios se tratará de eliminar todo el contenido negativo acumulado en las bolsas: placa, sarro, mucina, saliva… para reinsertar las fibras del ligamento periodontal en el diente y lograr se regeneren en la mayor medida posible los tejidos de soporte que evitan su caída.  El tratamiento consiste en el raspado y alisado radicular convencional o quirúrgico, en este caso es necesario abrir y desbridar toda la encía para proceder. Al terminar, se sutura y la encía vuelve a su lugar.

“El paciente diagnosticado con periodontitis debe asistir casi de por vida a espaciadas consultas de periodoncia en dependencia de su condición, para dar seguimiento y observar la evolución de la técnica aplicada. Se controlan los factores de riego para evitar su avance progresivo, pero no se logra curar del todo. El fumador puede dejar el cigarro, pero un diabético lo más que podrá hacer es tratar de mantenerse compensado.”

“Por eso, el principal tratamiento es el correcto cepillado dental y también son importantes los masajes gingivales, para sacar la sangre almacenada en los tejidos de la encía: principal causa de halitosis. Si pasado un tiempo, se retoman los malos hábitos la enfermedad vuelve a manifestarse con fuerza.”

A pesar de todos estos ineludibles factores de riesgo ¿es posible prevenir la periodontitis?

–Sí, esta es una enfermedad prevenible con higiene bucal y de ninguna manera cepillarse los dientes todos los días es sinónimo de higiene bucal eficiente. No es importante la cantidad de veces, ni la supuesta calidad del dentífrico, sino la calidad del cepillado. Este debe realizarse cuatro veces al día, después de cada comida y al acostarse con un cepillo de cerdas duras o semiduras y con poca pasta dental.