Foto: Oscar Alvarez Delgado


Cuando se piensa en un médico, la imagen que viene a la mente es la de una persona vestida con una bata blanca, escuchando a los pacientes, mandándoles análisis, recetando medicamentos. Pocas veces se imagina uno a esa persona con la manga de la camisa “remangada por encima del codo” para hacer una donación voluntaria de sangre.

Igualmente, la mayoría no imaginaría –por lo inusual que resulta– que un médico sea graduado de enfermería, como ocurre con el doctor Carlos Alberto Martínez Blanco, quien es el director provincial de Salud en La Habana.Este 6 de junio, minutos después que Martínez Blanco realizara una donación voluntaria de sangre,Tribuna de La Habana conversó con él.

Pero el hombre que recién acaba de dar parte de sí, sin importarle quien va a beneficiarse con su sangre, antes de ser director provincial de salud, se graduó de médico, y antes de ello, de enfermero. Sobre la importancia que para él tiene haber ejercido la enfermería comenta: “esa fue una etapa muy bonita. Tengo los mejores recuerdos de cuando estudié enfermería, y creo que eso, siendo tan joven, tuvo gran influencia en mi personalidad. A partir de ese momento fui mejor ser humano. Haber estudiado enfermería significó el camino para poder hacer más por las personas. En esa etapa se fortaleció en mí el principio de la solidaridad, del humanismo”.

"Dentro del sistema de salud todos los trabajadores son importantes, pero el personal de enfermería tiene una importancia extraordinaria, por ser la persona que más tiempo se pone en contacto con el paciente, lo toca, está al tanto de su evolución, su estado de ánimo, sus sentimientos, y de sus necesidades espirituales. Esa etapa para mí fue algo muy importante, al punto que siempre le digo a todos que yo creo que nunca he dejado de ser enfermero”.

“Luego, cuando estudié Medicina, todo lo que aprendí me fue muy útil. Creo no hubiese sido igual médico de no haber estudiado enfermería. Eso me permitía, en el ejercicio de la Medicina, tener un mayor grado de destreza, más seguridad. Soy del criterio que los estudiantes de medicina hagan mucha actividad de enfermería, practiquen muchos los procederes de enfermería. Eso es garantía en la atención, seguridad para el paciente y tributa mucha satisfacción individual a quien tiene la posibilidad de realizar esta actividad”.

Con algo más de 20 donaciones de sangre y 50 años de edad, el doctor Martínez Blanco, quien lleva más de la mitad de su vida en Salud, confiesa: “Cada vez que tengo la posibilidad de cumplir con ese acto de humanismo, de solidaridad, con ese acto altruista que es donar sangre, lo hago y en esos momentos siempre recuerdo la imagen del Comandante en Jefe”.

Sobre el tema de las donaciones de sangre en la capital comentó que presenta un buen comportamiento. En este sentido resaltó la labor de los Comités de Defensa de la Revolución, al expresar “es muy necesaria e importante en la convocatoria, en la sensibilización y creación de conciencia entre los cederistas. Este gesto salva vidas, y contribuye a que las personas con determinados padecimientos que requieran la administración de sangre puedan contar con ese recurso tan necesario”.

“Donar sangre contribuye a lograr la sostenibilidad de actividades tan importantes dentro del sistema de salud, como son la actividad quirúrgica, la atención al paciente grave, a los servicios de urgencia y emergencia, donde nadie queda excluido”.