En la actualidad aún se desconocen las causas de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), que según la OMS afecta como promedio a uno de cada 160 nacidos en el mundo. Se sugiere que factores externos actúan sobre el genotipo, desencadenando los TEA. El hecho de que ningún factor resulte suficiente por sí sólo, para explicar su origen, conlleva a un enfoque etiológico multifactorial complejo.

Foto: Cortesía de la entrevistada

Interesada en este tema tan controvertido, la Licenciada en Microbiología Mirielys Pérez, del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM), realizó un estudio de la microbiota intestinal (MI) en niños con TEA, bajo la tutoría de la Licenciada en Microbiología Mayda Rosa Perurena Lancha, Máster en Bacteriología y Micología, Responsable del Laboratorio Nacional de Micología del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), y del médico, Especialista de 2do grado en Microbiología y Master en Bacteriología y Micología, Gerardo Martínez Machín, quienes han centrado sus investigaciones fundamentalmente en el tema de la candidiasis.

Tribuna de La Habana intercambió con Perurena Lancha, quien acerca de una investigación anterior a este estudio explicó: “Sembramos muestras de heces de un grupo de niños con TEA, para determinar el nivel de colonización por Cándida. A su vez se hizo el proceso de identificación, porque el género Cándida tiene muchas especies, donde la Cándida albicans es la que se aísla con mayor frecuencia, pero comprobamos que no sólo es la albicans, pues aislamos otras especies, que no son parte de la MI, y muchas veces son las más resistentes a los antifúngicos; y evidenciamos que en un numeroso grupo de niños con TEA, la colonización por Cándida estaba exacerbada”.

“En el último estudio se analizaron las heces de un total de 72 niños con TEA, unos de la Escuela Especial de Autismo Dora Alonso, y otros diagnosticados en el Hospital Pediátrico Pedro Borrás, pareados en edad y sexo, con un grupo control de niños sin TEA. Y comprobamos una vez más que un por ciento significativo de niños con TEA tienen una colonización exacerbada por esta levadura en el tracto gastrointestinal”.

Foto: Cortesía de la entrevistada

“También se demostró que tienen una disbiosis intestinal (desequilibrio en la composición de la MI). Además, después del tratamiento con nistatina, indicado por su doctor, que es el antifúngico de elección por ser muy inocuo, hemos repetido los análisis y no ha crecido esta levadura. A esto se suma testimonios de varios padres, quienes acuden con frecuencia a nuestro laboratorio para realizar estos análisis a sus hijos, y refieren que cuando reciben el tratamiento mejoran el contacto visual, la conducta, la comunicación, los trastornos del sueño, disminuye la hiperactividad, o sea, mejoran su calidad de vida”.

Por su parte, Martínez Machín manifiesta: “La incidencia de TEA está aumentando en el mundo entero. Nosotros somos un componente más pues la etiología de los TEA todavía no está bien definida, las causas son multifactoriales; hay componentes genéticos, del Sistema Nervioso Central (SNC), metabólicos. Existe un estudio en Estados Unidos, que incluyó a padres de niños con TEA, sobre cuáles de diferentes medicamentos consideraban que habían sido efectivos en sus hijos, entre ellos estaba incluido el tratamiento con nistatina cuando la colonización por Cándida está exacerbada y más del 80% de los padres coincidían en que cuando eran tratados por esta causa había una mejoría en el comportamiento de los niños”.

Estudio de la MI en niños con TEA

Las muestras de heces recolectadas, se trabajaron siguiendo el procedimiento de Gram (técnica de tinción de microscopía), para comprobar la presencia de disbiosis intestinal, continuando con un cultivo micológico cuantitativo para determinar la intensidad de colonización por Cándida.

Foto: Cortesía de la entrevistada

En el grupo con TEA se detectó la presencia de disbiosis en el 46 % de los casos, una cifra estadísticamente significativa al compararlo con solo el 13 % en el grupo control, lo que permitió establecer una relación entre autismo y desbalance en la MI. Se procedió a determinar la intensidad de colonización por especies de estas levaduras, en los casos que presentaban disbiosis en ambos grupos. Se encontró que el 88 % de los autistas con disbiosis presentaban un crecimiento excesivo de este microorganismo (MO), lo que no ocurrió en el grupo control.

Al conversar con la autora ahonda sobre el tema: “Partimos de que existe un eje cerebro-intestino-microbiota, donde sus componentes actúan de forma bidireccional. Su correcto funcionamiento es vital en el mantenimiento de la homeostasia (equilibrio armónico) y se vincula con la evolución de múltiples desórdenes metabólicos y mentales”.

“La MI es sin dudas el mayor y más complejo ecosistema microbiano asociado al hombre. Forma con su huésped una estrecha simbiosis, debido a cientos de miles de años de evolución conjunta. Esta interaccion individuo-MI, se establece de forma muy temprana y juega un rol importante, por ejemplo: en la digestión, la producción de vitaminas, desarrollo y maduración del sistema inmune e intervienen en la síntesis de neurotransmisores (serotonina, dopamina). Por lo que se relaciona a la MI con el desarrollo cerebral en las primeras etapas de la vida. Además de todas estas funciones biológicas, constituye una barrera de defensa contra otros MO patógenos”.

“Cándida es un MO oportunista, que normalmente forma parte de la MI, en pequeñas proporciones. Presenta dos fases: una en forma de levadura y otra en forma de hifa*. Salvo excepciones, cuando se encuentra en forma de levadura está como comensal (cuando una especie se beneficia de otra sin causarle perjuicio), y en forma de hifa se relaciona con procesos patológicos. Este MO presenta un crecimiento controlado por el sistema inmune y fundamentalmente por la MI. Cuando este delicado equilibrio natural se descompensa (disbiosis), Cándida cambia de fase y extiende la hifa, y perfora la membrana intestinal, fijándose a ella, provocando lesiones que permiten el paso de macromoléculas y residuos metabólicos de las levaduras al torrente sanguíneo, lo cual causa daños en el SNC, reflejándose en cambios de comportamiento y empeoramiento de los síntomas del TEA”.

“El hallazgo de este estudio no fue haber encontrado Cándida, ya que esta forma parte de la MI. Lo relevante fue encontrar un crecimiento exacerbado de este MO en el 88% de los niños con TEA que presentaban disbiosis. Lo que no descarta que el resto pudiera presentarla si se repitieran los exámenes en circunstancias diferentes, pues la MI puede desbalancearse por diversos factores (uso de antibióticos, alimentación, etc.)”, destaca.

¿Cómo evitar que ocurra el desbalance en la MI en las personas con TEA?

“Es importante controlar el uso de medicamentos, fundamentalmente el abuso de los antibióticos, ya que suelen generar disbiosis al afectar la microbiota normal y estimular proliferaciones de MO oportunistas. Mantener una dieta adecuada también constituye un elemento esencial a tener en cuenta a cualquier edad. Se deben evitar los alimentos ricos en azucares y levaduras como los dulces, bebidas artificiales, comidas fantasías (chucherías), pan, galletas y pizzas.

Además, si tenemos en cuenta la teoría de los opiáceos (**), resulta desfavorable el consumo de lácteos, por su alto contenido de caseína, y los alimentos ricos en gluten, los que pueden ser sustituidos por maicena. Un apoyo dietético y la educación a los padres en este sentido, puede ser un elemento importante para lograr una mejor evolución en los TEA. No significa que se curará el autismo, pero mejorarían sus trastornos digestivos y conducta. Todo esto, combinado con una adecuada estimulación, contribuiría a su desarrollo”.

Aparte de los criterios de la especialista, otros recomiendan el uso de enzimas digestivas, pues hay autores que reportan disbiosis intestinal en personas con TEA y encuentran niveles deficientes de la enzima disacaridasa en su epitelio gastrointestinal, con relación al detectado en un grupo control. El déficit de esta enzima provoca problemas de mala absorción; los disacáridos no se hidrolizan en los monosacáridos que los forman y pasan al intestino grueso, donde son fermentados por la acción de las bacterias que habitan en el tracto intestinal; originando malestar, flatulencia y disbiosis.

De igual manera, el uso de probióticos, fundamentalmente los que contienen lactobacillus y bífidobacterium, es una alternativa cada vez más empleada para regular y restaurar la MI normal con fines profilácticos, terapéuticos y/o nutricionales, siempre con previa evaluación de un facultativo.

Es la primera vez que en Cuba se estudia la MI en los TEA, con la que se estableció la asociación entre TEA y disbiosis por Cándida, a favor de la hipótesis, que plantea que la variación en la composición de la MI puede ser desfavorable para la evolución de los TEA. Aunque esto no constituye su etiología primaria, abre un espacio para acciones dirigidas a mejorar la calidad de vida de estas personas.

Esta investigación solo es un primer paso para un estudio más profundo con más casos, incluyendo adolescentes y jóvenes con TEA. No obstante, debe tomarse en cuenta por psiquiatras y demás especialistas. Resultaría de gran valor científico que se lograra la continuidad de esta investigación con la participación de un equipo multidisciplinario, por ser de vital importancia para las personas con TEA, quienes debieran mantener su dieta especial sin límite de edad, por contribuir de manera significativa en su conducta y salud, pues hasta hoy el autismo es para toda la vida.

*Hifa: Elongación que desarrolla el MO y constituye un mecanismo de patogenicidad que provoca enfermedades o daños a la biología de un huésped, en este caso, el individuo (N.A.)

**Teoría de los opiáceos: Plantea que ciertas proteínas llamadas Péptidos, presentes en la mayoría de alimentos constituidos a base de Gluten y Caseína y que ingerimos habitualmente en nuestra alimentación, no pueden ser “desdoblados” para que sean incorporados como nutrientes, y pasan la barrera intestinal a través de los microagujeros producidos por las hifas de las levaduras. De esta forma, llegan al torrente sanguíneo y son transportadas al cerebro, donde reaccionan con receptores opiáceos, afectando a la neurotransmisión. (N.A.)

Referencia
Impaired Carbohydrate Digestion and Transport and Mucosal Dysbiosis in the Intestines of Children with Autism and Gastrointestinal Disturbances. Brent L. Williams, Mady Hornig, Timothy Buie, Margaret L. Bauman, Myunghee Cho Paik, Ivan
Wick, Ashlee Bennett, Omar Jabado, David L. Hirschberg, W. Ian Lipkin1