Cada 2 de abril se conmemora el Día mundial de concienciación sobre el autismo, al ser un trastorno de salud que afecta como promedio a uno de cada 160 nacidos en el mundo. Declarado por la ONU, a fin de sensibilizar a los gobiernos y población en general. Se incluye dentro del concepto de Trastorno del Espectro Autista (TEA), conjunto de síndromes del desarrollo que perjudican la comunicación, la interacción social y la conducta. También afecta la cognición en mayor o menor grado.
Los TEA varían desde personas con un bajo nivel de desarrollo, con ausencia de lenguaje verbal, quienes requieren de mayor ayuda para llevar a cabo sus tareas cotidianas, hasta los de alto nivel, con un gran potencial cognitivo, que les permite incluirse en otras enseñanzas. El sistema educacional tiene establecido este proceso de inserción e inclusión, sin embargo, aún existen dificultades por falta de personal dispuesto a trabajar con un estudiante con autismo, pues aunque se les prepara un tiempo antes de recibirlos, aún no es suficiente.
Este no es un trastorno infantil, por lo que el niño con autismo lo será de adulto, y hasta hoy, no existe ninguna institución que inserte a esas personas después de culminada la etapa escolar, con talleres que los prepare para la vida.
Se reconoce que en los últimos años nuestro país ha avanzado en el diagnóstico temprano de los TEA, y en el conocimiento alcanzado por los especialistas de Siquiatría y Neurología infantil. La familia valora el esfuerzo de los maestros, especialistas, y personal en general, y de los choferes que garantizan el traslado de los estudiantes. No obstante, aún quedan asuntos por resolver que dificultan la vida de estas personas, quienes no deben vivir aislados e incomprendidos por la sociedad.