En la actualidad el cáncer cutáneo es el de mayor incidencia en mujeres y hombres, problemática que moviliza a los especialistas con el fin de sensibilizar a la población en la necesidad de crear una cultura de protección de la piel.

Sobre ese tema Tribuna de La Habana dialogó con la Dra. Olaine Regla Gray Lovio, Profesora en Dermatología del Hospital Universitario Clínico Quirúrgico Comandante Manuel Fajardo y Coordinadora Nacional del Grupo de Trabajo de Cáncer de Piel, quien expuso algunas consideraciones fundamentales sobre esta enfermedad, que según las estadísticas nacionales, en los últimos años se han reportado alrededor de 11 mil nuevos casos al año, con un incremento anual sostenido.
¿Cuáles son los tipos de cáncer de piel más frecuentes?
El cáncer de piel incluye un grupo de afecciones malignas de distintos tipos: los no melanoma, melanoma y otros tumores malignos de piel. En el primer grupo está el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular, los cuales son los más comunes en nuestro país y a nivel mundial.
El basocelular es el más frecuente y el menos agresivo. En segundo lugar está el espinocelular, que es más agresivo, pues tiene más probabilidades de provocar una metástasis, y en tercer lugar está el melanoma maligno, llamado asesino silente, de menor frecuencia pero de una alta mortalidad. Y después están otros tipos de tumores malignos de menor incidencia.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
Exponerse al exceso de radiación ultravioleta, constituye el principal factor de riesgo modificable en las personas de piel clara. Si bien existen otras causas que pueden conllevar a la aparición de estas afecciones, ese es la principal establecida a nivel mundial. Por eso, el trabajo se enfoca con gran fuerza a evitar el exceso de sol, y digo el exceso, porque me gusta recalcar que el sol es beneficioso para el planeta y la salud de los seres humanos, pero en demasía puede generar daños de forma aguda, como las quemaduras solares, y de forma crónica, el fotoenvejecimiento y el cáncer.
¿Qué medidas de protección recomienda?
Se debe evitar el sol entre las diez de la mañana y las cinco de la tarde; usar ropas que cubran la mayor parte del cuerpo, de colores pasteles preferiblemente; sombreros de ala ancha, gorras, espejuelos y labiales con filtro solar, sombrillas; cremas protectoras solares con un filtro como mínimo de 30, las cuales se deben usar diariamente y reaplicar cada tres horas.
Es importante saber que ninguna de estas medidas por sí sola garantiza la protección; ni debemos pensar que por realizar estas acciones ya estamos totalmente protegidos, y podemos exponernos al sol. La suma de estas, potencia el efecto protector, para cuando estemos en áreas exteriores disminuya la intensidad de radiación ultravioleta recibida.
También los árboles son un filtro solar natural que contribuye a que recibamos menor intensidad de radiaciones ultravioletas pues nos protegen de alrededor del 60 por ciento de las que llegan a la superficie del planeta, por lo que somos defensores de tratar de mantener un arbolado urbano bien diseñado.
Se debe adquirir el hábito de realizar el autoexamen cutáneo, sobre todo los individuos de piel y ojos claros, aunque las afecciones pueden aparecer en cualquier tipo de piel. Las personas deben conocer su piel y examinarla; y ante cualquier anomalía, acudir a su médico de familia para que defina si es necesario remitirlo al dermatólogo.
¿Qué señales indican que debemos acudir al médico?
Las lesiones malignas de la piel pueden surgir a partir de pieles aparentemente sanas, de lesiones preexistentes o de lunares. Hay personas que tienen lunares de toda la vida y no tienen percepción de riesgo porque piensan que si los ha acompañado siempre no les puede hacer ningún mal. Pero si un lunar comienza a volverse asimétrico, con bordes irregulares, el color deja de ser homogéneo y adquiere varias tonalidades aunque mantenga el mismo color, o con diferentes colores, si crece más de seis milímetros, si se eleva, pica, o sangra, o sea, si se modifica, hay que acudir al médico.

Otros datos de interés
Aunque es imprescindible protegerse del sol durante toda la vida, en los primeros 18 años ocurren cambios en el ADN, es decir, las modificaciones necesarias para que en el adulto joven o en la adultez, empiecen a aparecer las lesiones malignas de piel.
Históricamente la aparición del cáncer cutáneo ha ocurrido fundamentalmente a partir de los 60 años, sin embargo, en los últimos tiempos se ven pacientes de edades más tempranas con esta afección; sobre las posibles causas la especialista refiere: “Quizás esto se debe al daño de la capa de ozono u otros factores climatológicos, unido a los hábitos que hemos tenido toda la vida en un clima tropical como el nuestro, como usar ropa inadecuada y realizar actividades al aire libre sin protección, en las etapas tempranas de la vida. Ahora tratamos estos temas y se ve cierto cambio en la población, pero los que actualmente padecen cáncer en la piel, son aquellos que años atrás, cuando no se hablaba de esto, se exponían al sol”.
Sin dudas, la falta de cultura en la población acerca del cuidado de la piel y el mal hábito de exponerse en exceso al sol, por la falta de percepción de riesgo, sobre todo en etapas de la niñez y la adolescencia, es una de las causas fundamentales de la aparición del cáncer cutáneo.
No obstante, vale señalar que resulta difícil cumplir con las medidas de protección, pues los productos necesarios, como cremas solares, sombrillas, espejuelos y labiales con filtro solar, etc. escasean (o no existen en el mercado) y tienen precios elevados, aun cuando son tan importantes para la preservación de la salud.
A pesar de esto, debemos ganar en conocimiento para dentro de lo posible evitar la aparición de esta maligna enfermedad y en caso de padecerla, detectarla de manera temprana, para aumentar las posibilidades de curación.