Ser médico de familia significa que tus pacientes te llamarán “mi médico”, significa ser al que pueden acudir en cualquier momento sin ningún tipo de intermediario, al que pueden consultar no solo por enfermedades reconocidas, quien escolta y orienta durante el embarazo, delante de quien puedes llorar sin sentirte extraño, quien tranquiliza con una palabra, quien acompaña en los últimos momentos, recordaron los trabajadores de salud del Policlínico Docente Plaza de la Revolución, en homenaje al aniversario 35 del Programa del Médico y Enfermera de la Familia, idea de nuestro eterno Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
“Cuando comenzamos no habían consultorios, sino que en el propio policlínico teníamos una consulta compartida por dos médicos y enfermeras. Uno trabajaba por la mañana y otro por la tarde, en el horario restante hacíamos visitas en las casas”, comentó la Dr. Teresita Frías Machín, médico de la familia de la mencionada institución y una de las fundadora del programa, quien aseguró que examinar en el terreno fue un cambio radical pues antes solo se hacía consultas dentro de los centros médicos.

El cambio recogió magníficos resultados, “así pudimos conocer verdaderamente a la población y el entorno que la rodeaba, los problemas dentro de su hogar; además ampliamos los conocimientos aprendidos en la academia con la práctica, pues atendíamos a más de 120 familias por bata blanca”.
En 1987, cita la carta emitida por el Secretariado Ejecutivo Nacional de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), se graduaron los 19 primeros especialistas en Medicina General Integral, desde entonces, y en pocos años, se construyeron miles de consultorios en comunidades, escuelas, círculos infantiles, centros laborales y de asistencia social, logrando que los galenos de la salud formaran parte activa de los barrios de toda Cuba.
“Los CDR, desde la propia génesis del Programa del Médico y Enfermera de la Familia, han laborado de conjunto con los profesionales de la salud, por el bienestar de la familia cubana; así surgieron centenares de proyectos comunitarios encaminados a educar a niños, jóvenes y adultos en las buenas prácticas higiénicas, trabajos voluntarios para la eliminación de vectores, programas de vacunación, nutrición y donaciones de sangre”, agrega el documento.
El Dr. Carlos Alberto Martínez Blanco, miembro del Consejo de Estado y vicedirector provincial de Salud expuso: “El trabajo de nuestros profesionales tiene un impacto importante en la capital. Los resultados que hoy se logran en la atención médica en los distintos programas no se limitan solo al materno infantil donde alcanzamos una tasa de 4,9 de mortalidad infantil, también en el dedicado al adulto mayor, en el cual los médicos y enfermeras juegan un papel fundamental”.
Como parte de las transformaciones necesarias en el sistema de salud, declaró el directivo, la provincia está encaminada al rescate de los conceptos fundacionales del médico y la enfermera de la familia: pilares de una mayor interrelación con la comunidad, capaces de identificar las dificultades que en el orden social la afecta, explicar los elementos nocivos para el bienestar e incentivar las buenas prácticas.
El Policlínico Docente Lawton, junto al de Plaza de la Revolución, fueron los lugares donde se dieron los primeros pasos en la creación, validación y aplicación del sensible programa. Actualmente, este último goza de destacados indicadores como una tasa de mortalidad infantil y materna en cero, el aumento de consultas y visitas en el terreno, constituir un área sin transmisión de arbovirosis y lograr que la docencia y la investigación vayan de la mano con la atención médica.
“Somos una sola escuela de Medicina, una Revolución, un ejército de batas blancas, formado y crecido bajo los principios de la solidaridad, humanismo, altruismo, laboriosidad y dedicación a nuestro pueblo; por tanto, en todas las áreas de nuestro país existen potencialidades para lograr los indicadores del policlínico de Plaza”, sostuvo Martínez Blanco.
Durante el evento, donde no solo se rindió tributo a los fundadores sino a también a las nuevas generaciones seguidoras de tan noble labor, se hizo mención especial al profesor Cosme Ordoñez Canciller, director-creador del mencionado policlínico, un abanderado de la medicina familiar y quien materializó en esa área las ideas de concebir la Atención Primaria de Salud con un enfoque integral hacia la promoción y la prevención, contribuyendo de manera directa a modificar favorablemente los indicadores de salud.