Miguel Barnet, etnógrafo y narrador, tiene una interesante obra poética caracterizada por un tono conversacional y el uso de la mitología afrocubana, elementos arraigados a nuestra propia identidad.
En su obra narrativa destaca la conocida tetralogía de novelas-testimonio Biografía de un cimarrón (1966), Canción de Rachel (1969), Gallego (1983) y La vida real (1986) en las que el autor construye y entrelaza la ficción y la realidad en una trama central, con un ingente trabajo sociológico. Cada
una está marcada por esa voz particular y estilo armónico que edifican también la historia de la nación.
Su obra ha sido galardonada con el Premio Nacional de Literatura (1994) y Premio Juan Rulfo de cuento (2006), entre los más importantes. Ha recibido los títulos de Honoris Causa de universidades como Craiova, de Rumanía; La Sapienza en Roma, Italia y la de Oriente, en Yucatán, México.
El poema a continuación se puede encontrar en el libro En el muro del Malecón y destaca por su tono íntimo y desinhibido.
Los sesenta
(…)
Confieso que incurro en vértigos
inevitables
que desciendo por cauces laberínticos
que mudo el maderamen de mi cabeza
que escapo de mi silencio
que reboso mi ánfora, harto insaciable.
No sirven las palabras de ninguna canción
ni el discurso aprendido de Stendhal
impecable pero difuso.
Con la eufonía de un payaso y mi balón
acuso recibo de un recado de utilería
enviado por ti.
Admito la impunidad de tus actos
En el estuco de la noche
Deletreo tu nombre
Me doy por vencido
La gloria eres tú.
Fuentes: En el muro del Malecón,
Letras Cubanas, 2017 y Ecured.
Muy bueno.