Pedró de Oraá (1931-2020). El poeta, narrador, ensayista y pintor cubano dejó una vasta obra literaria y visual. Sus poemas fueron traducidos al inglés, francés, alemán, polaco, ruso, búlgaro y sueco. Fue merecedor del Premio Nacional de Artes Plásticas, entre otros. Al decir de Basilia Papastamatíu, en su poética “rescata la rudeza del habla cotidiana y la crudeza de la realidad ambiental”.
De su obra de artes plásticas, el crítico Rafael Acosta de Arriba lo considera “un reproductor de espacios, un artista que fue capaz de dotar de una lógica sensible a la superficie en que inscribe sus signos”.
Afirmación de la palabra
La luz de la ventana da en el papel desierto
y la mano cuantiosa deslizándose
lo llena de frases serpentinas
que germinan en el silencio entero del
cuarto, de la casa,
no solo en el silencio de mi cuerpo.
(…)
Es entonces la voz algo más que palabras
incisas en la dócil espalda del papel.
(¿Cuándo fue la palabra importuna,
regalándonos siempre
un ámbito próximo a los mundos
yacentes?)
En la luz diferente de otra tarde
tomaré aquel papel poblado ya de signos,
o esta página aún desértica en horas,
y la palabra invocará de súbito
el momento en que fuera gestada:
una noche de frías estrellas, un día
lluvioso,
o en azul de frenético sol,
o en umbría de gris doloroso,
y esparcirá el silencio, este silencio
del cuerpo que la palabra habita,
que es el silencio del cuarto, de la casa
y el silencio del mundo.
Fuentes: Ecured, Artcronicas y Cubaliteraria