Francisco de Oraá Carratalá (1929-2010) fue un importante poeta y ensayista que desde muy joven se caracterizó por su actividad revolucionaria. La poesía de este autor, al decir de Raúl Hernández Novás, se caracteriza entre otras muchas cosas por su ingenuidad. “Con esto no aludimos a primitivismo o falta de oficio literario, sino al hecho de que sus poemas, más que construcciones perfectas, prefieren ser testimonios sinceros de sentimientos originales, prístinos”. Entre muchos premios importantes Oraá recibió el Julián del Casal de poesía que otorga la Uneac, por su libro Ciudad ciudad, el de la Crítica en dos ocasiones, entregado anualmente a los diez mejores libros del año; primero por su poemario Haz una casa para todos y más tarde por La parte oscura. En 1993, por su vasta y muy valiosa obra literaria, se le concedió el Premio Nacional de Literatura.
II
Yo, que anduve en el mundo
solo, perdido,
buscando a tientas en los cuerpos
espíritu;
que por el humo supe
que estaba vivo;
en la noche que somos,
de todo sueño caídos,
en este hueco oscuro
de aparecidos,
mundo que continúa
dentro escondido, me pregunto qué máscara
usarás, hijo mío,
cómo será tu soledad,
qué espejo el escogido,
y qué tiempo tu ahogo
o tu respiro,
en qué absoluto sueño
tus ojos fijos,
de qué locura víctima,
a qué muerte nacido.
(De Bodas, 1989)