No soy dada a escribir, pero sí a leer y hay cosas que uno lee que ponen límites a la paciencia. Leyendo la dura noticia del fallecimiento de un joven que atacó a un policía, manipulada y tergiversada como siempre por todos los que cada día esperan cualquier noticia de Cuba a la que puedan sacarle jugo y ensañarse hasta la saciedad en contra de nuestra Revolución, no importan sentimientos, dolores, principios, uno igualmente reflexiona.
Lamentable hecho, triste por mediar la vida de una persona, igual a aquel que aún no cumple un mes y en el que perdió la vida un joven oficial de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y dos más fueron heridos, en el cumplimiento de su deber.
Cuando veo las dos noticias y reviso los comentarios, incomoda, y más cuando a simple vista se aprecia la mano enemiga en ambas, pero sobre todo la "ingenuidad" de aquellos que, sin detenerse a pensar un instante, dan criterios, olvidando o desconociendo las fortalezas, verdades y valores con las que vivimos los cubanos, para suerte nuestra, desde el propio 1ro de enero de 1959.
¿Cómo surgió la PNR, quiénes son los hombres y mujeres que la integran, qué principios abrazan? La policía revolucionaria se nutre de jóvenes que emergen de nuestro pueblo, o sea, que puede ser su madre o padre, hermano, esposo, vecino o amigo, cuya misión es salvaguardar el orden, la disciplina y los intereses económicos del país. En este propósito encaran desafíos nuevos y complejos, en virtud de nuestra tranquilidad, lo que la hace una aliada de su pueblo, pues de ella emerge y la protege y defiende.
A su vez, se preparan y forman en los principios de la Revolución Socialista, esa que por su limpieza y lealtad a los valores que nos inculcaron nuestros líderes sigue levantando ronchas, sigue doliendo y por ello destinan millones de dólares a mentir, desvirtuar nuestro sistema a desmontarnos desde dentro; promoviendo, incluso, desde sitios contrarrevolucionarios y todas las plataformas web posibles, mensajes con sutileza o de manera abierta que incitan al pueblo a levantarse en contra de sus órganos armados, instigando, provocando, pagando.
Que un joven formado por la Revolución, se gradúe en la Universidad de La Habana u otro centro universitario, hable mal del sistema que lo formó, mienta y provoque, olvidando que en su historia jamás tuvo un policía que lo golpeara con bastón o le disparara balas de goma o le lanzara disparado por la fuerza de la presión del agua de mangueras, es triste, pero cabe dentro de la lista de los que José Martí definiera: "con lenguas de traidores debe escribirse en la historia de un pueblo el nombre de quien anteponga la autoridad de su persona o de su camarilla a la concordia y unificación de su país"; pero que otros se "confundan", olvidando que lo primero que la Revolución ponderó fue al ser humano en el centro de todos sus programas, desde la propia concepción del ser hasta su último día, suele ser triste y hasta peligroso.
Y esto, me hace defender que los Derechos Humanos no pueden seguir estando en la voz de quienes van a otros países a causar la muerte o de quienes la salud de su pueblo se mide por el precio de cada servicio, son ellos quienes han secuestrado el término, los mismos que lo violan de manera flagrante y sistemática y acusan a los que, subdesarrollados y bloqueados económica, financiera y comercialmente, defendemos por sobre todo la vida. Como defendemos ese principal derecho, es que nuestros médicos salvan en Cuba y en el mundo, hoy más visible que nunca, a propósito, en estos días de enfrentamiento a la COVID- 19.
Cuántos criterios desató el fallecimiento del oficial de la Policía, sobre todo de críticas a la permisibilidad en la actuación de un órgano que, según algunos, es por esencia represivo. Sin embargo, nuestro sistema defiende y exige, de acuerdo con las normas y principios, una Policía que actúa desde lo educativo, lo preventivo, influyendo, incluso, en la formación de quienes delinquen, y su familia. Por ello y por todo lo positivo que conocemos de nuestra Policía, que dan su vida cada día por velar nuestro sueño, se han desdoblado en el cuidado y protección de centros de aislamiento, donaciones de sangre, trabajos productivos, enfrentamiento a las ilegalidades e indisciplinas sociales, atención y protección a los más vulnerables, entre otros, no permitamos que nos traten de tergiversar o, peor, de comparar con el asesinato de George Floyd, que forma parte del racismo estructural que convive en Estados Unidos.
Hasta nuestros más acérrimos enemigos, aunque mientan, saben que no existe ningún punto de coincidencia posible entre nuestra Policía y la que asesina, maltrata y abusa de la comunidad afronorteamericana o latina del norteño país.
Nuestra Policía Nacional Revolucionaria seguirá siendo la misma, humanista, sensible, hecha pueblo, como la constituyeron aquel 5 de enero Fidel y Raúl. No dejemos que quienes nos desprecian nos engañen, nos colmen de calumnias o nos hagan dudar. La principal fortaleza de la Revolución ha sido la unidad indestructible de su pueblo y la verdad como bandera.
(Tomado del perfil de Facebook de la autora)

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Estoy de acuerdo en lo que dices aunque hay algunos policías que a veces se les va la autoridad para la cabeza pero son los menos,y no estoy de acuerdo en lo que quieren hacer un pequeño grupo de incitadores al desorden,los enemigos de la revolución están que no saben que hacer para derrocar la y no soy militante,nunca me gusto serlo pero soy un revolucionario que ama su país y las conquistas que a logrado,que hay cosas que mejorar ok,nada es perfecto,pero eso no le da derecho a nadie de destruir nuestras conquistas,estoy en contra del abuso policial en el mundo y no apoyo quieran destruir nuestra revolución.
El compañero que cobra la electricidad en: Rita #280 /Pasaje D Y: Blume Ramos Juanelo San Miguel Del Padrón Nos está cobrando la factura eléctrica 2 beses en el mismo mes. Por favor si puede ayúdenos pues nos está robando y no sé que puedo hacer para denunciarlo. Gracias. Su hermano y amigo: Rogelio Marcos Ramírez Cuesta.