La actual situación internacional resulta cada vez más difícil y compleja ante el avance de grupos neofascistas y terroristas que de forma exacerbada operan en disimiles latitudes del mundo.

Lo que hoy acontece en el Oriente Medio con la agresión a territorio del Líbano y a otros pueblos, junto a la desatinada usurpación de tierras palestinas y sirias por parte de tropas israelíes vulnera todo principio del derecho internacional. Y ello representa una afrenta a los postulados y acuerdos vigentes de las Naciones Unidas que apostan a la convivencia pacífica entre los Estados, con respeto a la autodeterminación de los países que conforman la comunidad mundial.

También resulta muy peligroso la diseminación de fuerzas extranjeras en esa región con fomento de bases militares e incursiones armadas y la presencia cada vez mayor de efectivos del ejército estadounidense con sofisticada tecnología y armamentos de destrucción masiva.

Esos territorios independientes son acreedores, por su historia y orígenes, de mantener identidad, cultura, costumbres, tradiciones, sistema político, soberanía y religión diferente a la que intentan imponer aquellos invasores que insisten en sustentar, por la fuerza, métodos colonialistas y expoliadores.

En esta era de civilización humana (y luego de las trágicas experiencias vividas en el siglo XX con el desarrollo y avance del nazi fascismo en Europa y Asia fundamentalmente, con tentáculos dispersos por otras latitudes del orbe) es inaceptable que se repitan esos lamentables sucesos que trajeron consigo millones de muertes y colosal destrucción, hambruna y otro considerable número de flagelos.
Como puede olvidarse lo que entonces significó el holocausto de población judía. De ahí que sea más absurdo, incomprensible y repudiable que en esta centuria orientada al Desarrollo Humano, la innovación, digitalización e incluso inteligencia artificial, existan gobiernos como el actual de Israel que instrumenten políticas de genocidio contra mujeres, niños, y ancianos palestinos como acontece en Gaza, y de forma descontrolada continúe además usurpando tierras de otras naciones árabes de manera ilegal y quebrantando leyes internacionales.

Todo Estado tiene derecho a su defensa, lo que no puede aceptarse es la impunidad para asesinar, masacrar, bombardear e invadir ciudades y pueblos con fines de exterminio en masas y ambiciones de poder ilimitados como muestra hoy el gobierno de Tel Aviv presidido por Benjamín Netanyahu. Vulnera fronteras y practica métodos de tierra arrasada estableciendo arbitrariamente y sin estatus legal alguno, asentamientos judíos en zonas ajenas a Israel.

En otra área del mundo existe también una guerra entre Rusia y Ucrania que puede acarrear consecuencias muy graves para la humanidad ante el apoyo desmedido de Estados Unidos y la OTAN a Kiev, y lo que es peor, la acelerada aproximación de armas de avanzada tecnología, misiles y bases militares cerca de fronteras y territorio ruso. Estas provocaciones solo pueden contribuir a fomentar beligerancias aún mayores y más letales, en un contexto de armas nucleares y existencia de armas de largo alcance.

Europa, por ejemplo, fue un continente muy golpeado con la II Guerra Mundial y sus naciones, particularmente sus pueblos, no están dispuestos a ser sacrificados ni dejarse arrastrar a otra conflagración por mezquinos intereses hegemónicos, e imperiales.

Debe imponerse en las relaciones internacionales la sensatez, el pragmatismo, la buena vecindad que apunte a la colaboración complementaria y solidaria entre los países. Seguramente así el planeta será más armónico, equilibrado, y su membresía global vivirá en paz y verdadero espíritu de civilización humana.

Otras informaciones:

Cuba y otros 12 países son miembros asociados de los BRICS