Resultó muy evidente la injerencia de Washington y su Ministerio de Colonias en el hemisferio, la Organización de Estados Americanos, durante las pasadas elecciones en Bolivia en las cuales a pesar de manipulaciones e intervención verdulera de la OEA y los militares al servicio de la derecha ultra reaccionaria local y la administración de Donald Trump quedó demostrado por profesionales y expertos que el verdadero ganador fue Evo Morales, a quien su pueblo entonces reelegía como Presidente.
Luego de artificios, y campañas vergonzosas por parte de los medios de comunicación al servicio del golpismo y la Casa Blanca representado en esa nación del Sur por la señora Janine Añez, nadie puede negar que el Movimiento Al Socialismo, MAS, continúa al frente del nuevo proceso electoral con un programa político, económico y social que puede revertir la grave crisis que hoy atraviesa ese país, agravada cada vez más por la ineptitud y carencia de programas de desarrollo de los usurpadores del poder y la actual pandemia de COVID-19 que azota al mundo.
De igual manera los golpistas mantienen persecución política contra líderes del MAS y manifestaciones populares que se erigen ante los abusos e injusticias que el gobierno de turno fomenta, criminalizando a sus opositores, modo operandi de quienes intentan legislar a espaldas del pueblo.

Los bolivianos que habían alcanzado logros incuestionables y ostentaban el P.I.B. más alto de Latinoamérica en los últimos años del gobierno de Evo, han visto como sus sueños y posibilidades de conquistar bienestar para sus familias se va destruyendo ante las ambiciones de grupos oligárquicos que desdeñan los intereses de los campesinos, indígenas y movimientos sociales.
La vida de millones de hijos de la Patria boliviana se decide el próximo fin de semana. De resultar vencedor en primera vuelta el MÁS un prometedor horizonte se abre para sus ciudadanos. Volverán las escuelas y servicios de Salud para todos y todas y no solo para élites que puedan pagar esas prestaciones. También la economía podrá retornar a su cauce destruido por golpistas sedientos de prebendas y ambiciones personales.
Sin embargo, con un triunfo de la derecha oligarca, retornarán al otrora siglo de miseria, explotación del hombre por el hombre y robo de los recursos naturales de la nación como acontecía antes del triunfo del Movimiento Al Socialismo.
Debe vencer la verdad y enterrarse definitivamente las patrañas y falacias de quienes a toda costa quieren revertir las conquistas del pueblo. Bolivia merece decidir su destino sin injerencias foráneas ni dictaduras militares que antaño enlutaron a miles de familias del continente con la ignominiosa “Operación Cóndor”.