Es vomitiva la declaración del “secretario” de la Organización de Estados Americanos (OEA) al justificar los crímenes de la oposición en Bolivia, y acusar al Presidente Evo Morales del golpe de Estado contra el gobierno del país sudamericano, con el apoyo de la organización que preside y el gobierno de Estados Unidos.
Desde su base de operaciones en Miami, el señor Luis Almagro, secretario general de la OEA, da el tiro de gracia al asesinato de la Constitución boliviana al acusar al Presidente Evo Morales de “robar las elecciones”, en las cuales Morales resultó ganador por el voto mayoritario.
Como si fuera poco, encubre las criminales acciones del ejército y la policía, junto con grupos paramilitares, con una frase verdaderamente vomitiva: "La sangre en la manos es de aquellos que cometieron el fraude electoral, la OEA no dio un golpe de Estado, dieron un golpe de Estado quienes se robaron la elección declarando un triunfo en primera vuelta", afirmó al reconocer haber “escuchado críticas a nuestro trabajo", pero no agrega que ese trabajo fue coordinado con el gobierno de Estados Unidos a quien sirve esta organización, con base permanente en Miami.