Evo Morales Ayma, el presidente constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia, renunció explicando ante los medios de comunicación que tomó esa decisión para salvar a su pueblo, particularmente a los pobres, indígenas y trabajadores que por estos días han sido objeto de agresiones, quema de viviendas, golpes, humillaciones, y vejámenes por parte de grupos al servicio de la oposición que muestran la esencia fascista de esos conspiradores.

El modus operandi de quienes habían sido derrotados en las urnas frente al Movimiento Al Socialismo (Mas)no deja duda alguna de que ese territorio vive hoy una de las páginas más tristes y lóbregas de su historia. Se trata de imponer un régimen dictatorial y hacer retroceder los incuestionables avances alcanzados en 13 años de gobierno del Mas con Evo a la cabeza.

Cuando analizamos las palabras del señor Fernando Camacho, (pichón de la ultraderecha de esa nación y uno de los principales golpistas), comprendemos que su agenda violenta estaba pre-concebida antes de estas elecciones. Conocía bien que el triunfo sería irreversible para Evo y no podían aceptarlo, de ahí que desde el primer momento desconocieran los resultados electorales.

Los maléficos hijos de oligarcas y racistas tradicionales con su sed de odio arremetieron contra la población más vulnerable y las autoridades oficiales electas institucionalmente.

Vergonzoso e indigno ha sido el accionar de esa oposición encabezada por Fernando Camacho y Carlos Mesa. En nombre de la “democracia” han vejado, humillado y agredido, -como otrora lo hiciese Pinochet y sus acólitos en Chile-, a personas humildes, campesinos, indígenas, y particularmente a mujeres simpatizantes o con cargos de dirección en el Mas, estructura política con amplio respaldo popular.

Solo de cobarde y delincuencial puede catalogarse la quema de instituciones o centros electorales, así como rociar pintura y córtale el pelo a una alcaldesa representante de una comunidad.

Las mentiras y campañas de desinformación por parte de la oposición provocaron la desarticulación de una de las administraciones más estables y exitosas de América Latina en los últimos años.

Aquellos que siempre discriminaron a los olvidados y desposeídos, los serviles a los centros de poder, han vulnerado la estabilidad y constitucionalidad boliviana.

Pero no podrán omitir jamás todas las conquistas sociales, económicas y culturales conquistadas con el Movimiento Al Socialismo.

La humanidad no olvidará que gobiernos anteriores presididos por la ultraderecha reaccionaria, usurpaban los recursos naturales del pueblo a favor de las compañías y transnacionales extranjeras. La Bolivia de entonces era considerada la cenicienta del sur del continente y con el gobierno de Evo Morales logró ubicarse entre los países de más crecimiento en América Latina.  

¡Basta de Golpes de Estado en la Patria Grande!