La conspiración del ejército y la policía en el golpe contra el Presidente Evo Morales, en Bolivia, demuestra la participación del gobierno de los Estados Unidos en su escalada intervencionista en América Latina.

Nadie debe creer que los sucesos que condujeron a la renuncia del Presidente Evo Morales, está relacionada con la supuesta presión del pueblo después del respaldo mayoritario en las recientes elecciones en las cuales su partido obtuvo el 47% de los votos requeridos por la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia para su continuidad en el poder.

El director de Radio Comunidad José Aramayo, en Bolivia, atado a un árbol. La derecha alentada por la OEA y el gobierno de Estados Unidos, forman la coalición interna que llevó al golpe de Estado contra Evo Morales. El pasado sábado, fueron tomadas las instalaciones de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), ubicada en la avenida Saavedra de la ciudad de La Paz. Foto: Tomada de Redes Sociales

Las declaraciones del vicepresidente Álvaro García Linera, quien también dimitió, fundamentan la presencia de fuerzas paramilitares con el apoyo del ejército y la policía de Bolivia, para asesinar a campesinos, trabajadores y crear un estado de terror en la nación andina, además de la agresión directa contra la vida de los funcionarios públicos que apoyaron a Evo.

De esta forma, la llamada oposición (que no es tal) porque responden a los intereses de una potencia extranjera, imperialista por demás, los Estados Unidos, pretende desvirtuar lo que hasta hoy fue una operación encubierta a través de la cual se pretendía deponer por la fuerza del golpe de estado, a un presidente que colocó a su país en una posición de avanzada en todos los órdenes económico, político y social.

La avanzada contra las fuerzas de izquierda en América Latina, ha sido recrudecida a partir de la administración de Donald Trump, y es conocido el intento de derrocar al gobierno bolivariano de Venezuela con una crisis, a través de Colombia, que finalmente llevara a la intervención de tropas estadounidenses asentadas en las bases militares de Colombia, Honduras, Argentina (Chaco) y que ahora, después de la victoria electoral de la izquierda en Argentina, no podía permitirse la consolidación del triunfo electoral de Evo Morales.

Después del incendio de la Alcaldía de la ciudad boliviana de Vinto, cuya alcaldesa Patricia Arce afirmó apoyar al Presidente Evo Morales, fue arrastrada por la calle, la rociaron con pintura y le cortaron el pelo, una actitud muy semejante a la utilizada por los fascistas de la Alemania nazi. Foto: Tomada de Redes Sociales

Desde estas horas serán cada vez más visibles las acciones criminales de la llamada oposición y la asunción del poder de una horda fascista entre los militares, muchos de ellos formados en la llamada Escuela de las Américas, y con el apoyo de la Organización de Estados Américanos, OEA. Por supuesto, arremeterán con todo incluso hasta asesinar al presidente Evo Morales. La movilidad de la IV Flota de los Estados Unidos, también se hará más presente en la región.

Por supuesto, la OEA, con el señor Almagro, en contubernio con la derecha ultra fascista de los Estados Unidos, sumirá a Bolivia en una oscura agonía en la cual comenzarán las desapariciones de líderes indígenas, la destrucción de la economía de ese país y el secuestro de los activos financieros y el robo de los recursos naturales de la nación sudamericana.