América Latina y el Caribe, así como los organismos económicos-financieros de la región y el mundo han reconocido en estadísticas validadas en la ONU y la CEPAL, los avances alcanzados por Bolivia en la última década, particularmente el Producto Interno Bruto, alrededor del 6 porciento, el mayor logrado en esta zona del planeta.

No hay dudas que antes de ser elegido como presidente Evo Morales, por el voto libre y soberano del pueblo en las urnas, esa nación contaba con abismales índices de desigualdad social y eran expoliados indiscriminadamente sus principales recursos económicos por compañías y transnacionales, principalmente estadounidenses.

Y sin embargo, hoy la inmensa mayoría de los bolivianos disfrutan de conquistas en educación, salud, acceso a la tierra, jubilación, seguridad social y otros aspectos que los dignifica, y que eran antes inimaginables con administraciones neoliberales salvajes.

De ahí que al declarar el Tribunal Supremo Electoral a Morales vencedor y reelegido por mayoría de votos, -más del 46 por ciento y con una distancia de un 10 por ciento del segundo contrincante, Carlos Mesa- en el sufragio del pasado fin de semana y el cual tuvo la participación de unos 7 millones de ciudadanos, la oposición, que ya tenía fraguado con anterioridad un plan desestabilizador y violento, comienza a tratar de implementarlo.

La ultraderecha y los oligarcas en contubernio con injerencistas foráneos tratan de deslegitimar el proceso electoral que ha contado con la anuencia de varios observadores extranjeros y la población, con el fin de revertir los resultados y promover una vez más el golpismo, para así pretender lo que no logran en las urnas, regresar al oprobioso pasado de extrema pobreza y sumisión de Bolivia al capital yanqui.

Pero la sabiduría del pueblo boliviano y sus autoridades con Evo Morales al frente seguirán apostando a la paz con democracia y desarrollo económico, y cada vez con mayor progreso.

Los fomentadores de la insidia, la mentira, y la violencia aglutinados en la oposición al MAS y contrarios al sentir de la mayoría de los campesinos y trabajadores del país, sucumbirán ante la avalancha determinante y firme del pueblo orientado a salvaguardar las conquistas de la Patria, esas que el Movimiento al Socialismo, también defiende.