Sabías que una de las flores comestibles más sabrosas del mundo viene de una planta que muchos comen sin saberlo?
Pues hablamos de la flor de calabaza, es un tesoro comestible que ha sido parte de la cocina mesoamericana desde tiempos prehispánicos.
Esta flor es el capullo de la planta Cucurbita, la misma de la calabaza que conoces y aunque es muy delicada y se marchita en un día, su sabor suave y textura tierna la han convertido en una delicia desde México hasta Italia.
En México, se consume mucho en quesadillas, sopas, tamales, guisos y hasta como relleno de chiles.
Por lo que se le considera parte esencial de la cocina tradicional mexicana, ha sido cultivada y recolectada desde hace más de 7 000 años por los pueblos indígenas.
Con respecto a la nutrición es ligera pero poderosa: baja en calorías, rica en vitamina A, y C y del complejo B) minerales (calcio, hierro, fósforo, potasio, magnesio), y compuestos antioxidantes como los flavonoides y carotenoides.
Resulta ser un alimento bajo en calorías que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, mejora la salud ocular y cardiovascular, y es especialmente útil para el aporte de ácido fólico durante el embarazo.
Al ser comestible tanto la flor masculina como la femenina, es un ingrediente sustentable.
Se vende principalmente en mercados locales o se cosecha fresca en huertos o parcelas pequeñas.
Para muchas comunidades rurales, esta flor representa una fuente de alimento, ingresos y tradición, debido a que crece rápido, es abundante y forma parte de la dieta diaria de manera natural y ancestral.
No dudemos en aprovechar las bondades que nos brinda la naturaleza y beneficia nuestra salud.
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