La cúrcuma, cultivada por su raíz, es una especia aromática que se usa en la cocina para condimentar diferentes platos, y como colorante, muy común en la cocina del extremo Oriente.

Su nombre científico es cúrcuma longa, de color amarillo intenso y con un olor inconfundible, esta especia proviene de la raíz naranja de una planta herbácea perteneciente a la familia de las zingiberáceas, cultivada en la India e Indonesia.

Los compuestos de la cúrcuma, llamados curcuminoides (la curcumina, la demetoxicurcumina y la bisdemetoxicurcumina), le otorgan grandes propiedades medicinales a esta especia. Sus aceites volátiles (turmerone, atlantone y zingiberene), proteínas, resinas y azúcares, también contribuyen su poder sanador.

Además, para completar su perfil de reina de las especias, también contiene fibra dietética, vitaminas C, E y K, niacina, sodio, calcio, potasio, cobre, magnesio, hierro y zinc.

En la medicina tradicional china se emplea contra las afecciones del hígado y la vesícula biliar. Trata desde las piedras de la vesícula y la ictericia hasta los trastornos premenstruales, y las enfermedades de la piel.

Se dice que es muy eficaz como analgésico y antiinflamatorio, adecuada para el tratamiento de la artritis y el reuma, y los trastornos digestivos.

Se le atribuyen propiedades antioxidantes, antibacteriana y anticancerígena. A su vez, es anticoagulante y reduce el colesterol.

(Con información del libro 100 Remedios Tradicionales)

Ver además:

Otras propiedades de la sábila