Es un árbol frondoso y con unas bellas flores, algunas con pétalos amarillas que se vuelven rojos al madurar.

Como dato curioso, en las regiones sincréticas se adora a este árbol. Se dice que sus poderes mágicos atraen la atención de la persona amada; pero también actúa para castigar al amigo desleal.

Es endémica de Cuba y de Jamaica, en este último país es el árbol nacional. Su nombre científico es Hibiscus elatus, conocido en la antigüedad como malvavisco. En nuestra Isla se denominan Majagua, y en algunas regiones del país se le reconoce por Demajagua.

Reporta enormes beneficios al hombre, por su preciosa madera cuya textura medianamente dura y resistente resulta fácil de trabajar y durable, de ahí que sean famosos los bates de béisbol fabricados con ese material. Además, es útil para la fabricación de muebles finos, artesanía, y carpintería.

Su madera es utilizada como materia prima en la industria textil, además de su aprovechamiento melífero, alimentario y medicinal. Se le atribuyen propiedades para aliviar dolencias gastrointestinales, aplacar los dolores reumáticos y musculares, cuando la utilizamos en forma de loción a base de alcohol.

Contiene flavonoides, sustancias antioxidantes con efectos beneficiosos para enfermedades respiratorias como el asma y que también reducen el riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas, aseguran los especialistas cubanos.

Es excelente para la preparación de un jarabe que actúa como broncodilatador en el sistema respiratorio y como medicamento vegetal. Tiene propiedades analgésicas para los oídos y bronquios. Su flor es muy empleada en medicina, pues se elabora un jarabe expectorante y antiasmático nombrado Imefasma.

Sus flores son muy buscadas para hacer cocimientos a fin de evitar la caída del cabello, mejorar su brillo y color. Las flores rojas poseen un néctar negro que emplean las féminas de pelo oscuro. Por su parte, las que poseen cabellera de tonos más claros, prefieren la flor de majagua amarilla, ambas presentes en la misma planta, algo que resulta sorprendente.

La forma de usarse más extendida es en cocimiento y jarabes, de acuerdo al remedio. Es simple, en un litro de agua se ponen a hervir dos o tres flores de las rojas. Si es para ingerir, puede endulzarse al gusto con algunas cucharaditas de azúcar. Puede tomarse tres veces al día. 

Foto: Tomada de Redes Sociales

Para rejuvenecer

Según los tahitianos, esta flor posee poderes sobrenaturales para espantar los malos espíritus. Por tradición, se utilizaba para preparar una bebida, llamada té rosa, que es refrescante, tónica, digestiva y muy depurativa. Rica en vitaminas y ácidos orgánicos, se utiliza en la cosmética para despertar la luminosidad de la piel y contribuir a su hidratación.

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